Procrastinar en Seguridad
Cuando utilizamos el verbo procrastinar, estamos haciendo referencia a la acción o costumbre de retrasar una actividad o realidad que es justo atender, reemplazándola por otras labores o realidades de menor jerarquía o que nos resultan atractivas.
En seguridad es muy frecuente procrastinar, pues muy a menudo se dejan tareas que son de suma importancia, como la realización del estudio de las vulnerabilidades del sistema de seguridad física, el de personal y demás, por temas que son mucho menos relevantes, como por ejemplo atender los favores de un empleado.
Cuando caemos en estas conductas, el riesgo de seguridad aumenta notablemente, toda vez que se está descuidando la esencia de la seguridad.
Pero esto no solo pasa a nivel ejecutivo, que con el pretexto de que el día a día absorbe la atención, posterga de manera intencionada tareas que a la postre terminan en pérdidas para la organización. La parte operativa también hace parte de este escenario, en donde las actividades de seguridad plasmadas en las famosas consignas generales y particulares terminan siendo aplazadas por hechos que se presentan en el desarrollo de un turno de seguridad. Con esto se deja de trabajar en lo fundamental para pasar a lo superfluo de lo urgente.
Cuando hablamos de seguridad, estamos hablando muchas veces de trabajos milimétricos, que si nos descuidamos o los dejamos para otro día, pueden llevar a las organizaciones a tener pérdidas cuantiosas.
Lo importante de esta situación es reconocerla y reconocer que es tan común como el respirar y por lo tanto nos acompaña desde que iniciamos el día.
Es una necesidad entonces pensar en motivar a los hombres de seguridad, tanto en el nivel directivo como en el nivel de base, en especial porque en muchos casos la procrastinación inicia con la elección del trabajo, debido a que los guardas de seguridad inician en esta profesión simplemente porque no encontraron otra actividad para desempeñar, lo que hace que para ellos sea normal dejar cosas de seguridad pospuestas por actividades que le generan más atractivo.
Lo que se muestra entonces en seguridad es que la expectativa, la valoración y el tiempo son componentes básicos para que el hombre de seguridad procrastine.
Por tal razón, es importante pensar en el comportamiento, como lo manifiesta el doctor Piers Steel, en su libro Procrastinación “Los behavioristas crearon una pequeña ecuación, la ley de la coincidencia” mostrando una formula muy simple:
Motivación = (Expectativa por Valoración) dividida por Demora en la Satisfacción
Lo que muestra es que entre mayor sea la demora menor será la Motivación. Como vemos en la explicación del doctor Piers Steels, se necesitan cambiar los paradigmas en los hombres de seguridad para que la satisfacción del trabajo llegue pronto y no tengamos hombres desmotivados propensos a la procrastinación.
Si analizamos un poco el tema que nos ocupa en este articulo, seguramente todos llegaríamos a la coincidencia que la procrastinación es un elemento más del comportamiento humano.
Los hombres de seguridad como todos los seres humanos se encuentran muchas veces ante dilemas fuertes para realizar sus actividades de seguridad, hechos que en algunos momentos nos hacen procrastinar, pues le damos más peso a una cosa de fácil ejecución que a una de que requiere mucho más esfuerzo, entrando en el ámbito del facilismo que con frecuencia nos lleva directo al error.
Realmente nos encontramos frente a un problema mayúsculo, que se asocia con apatía, negligencia e indiferencia, que son grandes males de la seguridad. Es necesario entonces ejecutar buenos planes de auditoria de la seguridad y de capacitación para el guarda, que contribuyan de manera efectiva a minimizar el riego de convertirnos en Procrastinadores compulsivos, arriesgando las organizaciones puesta a nuestro cuidado.
Para la reflexión final quisiera dejar en el ambiente que nosotros patrocinamos a menudo la procrastinación de nuestros subalternos, cuando los enviamos a realizar otras tareas descuidando lo que es importante y que seguramente se necesita de forma inmediata.
Referencia: Libro “Procrastinación”, del Dr. Piers Steel