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Economia

¿En qué nivel el dolar le hace daño al país?

El dólar completó el viernes pasado siete jornadas consecutivas al alza. Ese día, la divisa estadounidense dio un salto de 50,1 pesos, el tercero más alto en lo que va del año, que la llevó hasta los 2.857,46 pesos por dólar.

El nivel alcanzado por la tasa de cambio en el país, si bien está 111 pesos por debajo del máximo histórico de este mercado –2.968,88 a mediados de febrero del 2003–, ya comienza a preocupar a algunos sectores de la economía, que ven que ese precio impactará pronto la inflación vía importaciones.

Otros, en cambio, creen que la economía puede resistir, incluso, un dólar en niveles de los 3.000 pesos, momento a partir del cual el Banco de la República tendría que intervenir en el mercado para quitarle presión a la tasa de cambio.

Buena parte de esa presión viene del exterior, donde los precios del petróleo siguen a la baja. El barril del crudo WTI, principal referencia para Colombia, terminó la semana a 48,14 dólares, mientras el Brent retrocedió a 54,62 dólares.

Esos niveles, en un país donde el 20 por ciento de los ingresos fiscales están atados al sector petrolero, sin duda tienen que reflejarse por algún lado, y este es el mercado cambiario, dicen los analistas.

La razón es que con un petróleo en esos precios los ingresos de la Nación se reducen de manera drástica, lo que hace que la confianza inversionista en el país disminuya y se produzca una salida de capitales. Esto, a su vez, aumenta la demanda de dólar y por ende su costo se dispara.

Desde mediados del 2014, la abundante oferta de petróleo y la menor capacidad de las economías de absorberla llevaron sus precios a los niveles actuales.

De inmediato el costo del dólar en el mundo reaccionó al alza. Solo en Colombia, en los últimos 365 días, lo hizo en 1.010 pesos. En lo corrido del año ha sido de 465 pesos y en la última semana, de 105,6 pesos.

Pese a esos avances, el consenso entre analistas y empresarios es que aún no se dan las condiciones para que el Banco de la República intervenga, pero algunos advierten que, sin duda, tendrá que hacerlo cuando esas alzas repercutan en la inflación.

Javier Díaz, presidente del gremio de los exportadores, Analdex, considera que el Emisor está tranquilo porque hasta ahora esa situación no se ha dado, pero advierte que “en la medida en que afecte (la tasa de cambio) la inflación lo hará”.

En igual sentido se pronunció Andrés Aguirre, director general de SK Bergé Colombia (importador oficial de Chrysler y otras marcas), quien señaló que, sin duda, la evolución de la tasa de cambio ha sido muy rápida y tarde o temprano tendrá un impacto sobre la inflación.

“Entendiendo que el principal papel del Emisor es velar por la inflación, lo racional es que debe estar preocupado por la tendencia que trae el dólar y debería actuar. ¿A qué nivel? No soy técnico para saberlo, pero si esa es su principal función, debería intervenir”, precisó el empresario.

Para Guillermo Botero Nieto, presidente de Fenalco, en una coyuntura como la actual el Banco de la República no puede salir a medir fuerzas con el mercado porque este es más fuerte, y de seguro saldría perdiendo.

“El mercado es mucho más fuerte que cualquier banco central, pero este sí puede jugar un papel clave en el control de la volatilidad. Si esto hubiera sido una devaluación gradual, los empresarios habrían tenido tiempo de prepararse”, sostiene.

Nivel de alerta

La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿cuál es ese nivel del dólar que le haría daño a la economía?

Muy pocos se quieren ‘casar’ con una tasa porque consideran que no existe un nivel determinado y creen que ese se sabrá cuando la inflación tienda a subir, más aún en momentos en que se espera que baje.

Iván Felipe Campos, director de Análisis Económico de Alianza Valores, sostiene que un dólar en los 3.000 pesos ya sería muy preocupante, porque es claro que comenzaría a afectar las expectativas de inflación.

Así también lo ve Juan David Ballén, estratega de Renta Fija de Casa de Bolsa, quien no solo cree que eso afectaría la inflación, sino que, además, podría generar riesgos en el sistema financiero.

“Hasta hoy la devaluación ha sido justa, explicada por la tendencia alcista en el mundo, frente a lo que el Emisor no tiene mayor control”, manifiesta.

Botero Nieto, por su parte, dice que dicho nivel se pasó hace tiempo, pues considera que esa tasa está alrededor de los 2.500 pesos.

“Creo que por encima de 2.500 pesos (el dólar) comienza a tener un efecto perverso. Pienso que los exportadores en ese nivel pueden trabajar divinamente y tener unas utilidades extraordinarias”, puntualizó.

En busca de una tasa de equilibrio

En medio de la volatilidad cambiaria actual, la otra pregunta que surge es ¿cúal es, entonces, la tasa de cambio de equilibrio?

Para algunos empresarios la economía colombiana podría marchar sin contratiempos con una tasa de cambio entre los 2.400 y los 2.500 pesos, otros no hablan tanto de un dólar en esos niveles, sino más bien de una devaluación.
Iván Felipe Campos, de Alianza Valores, dice que esa devaluación del peso para este año debería ser del 10 por cuento, el cual no afectaría la inflación ni el crecimiento económico.

Pero, con el dólar rondando los 2.900 pesos, la pérdida del peso frente al dólar marca un 19,4 por ciento, lo que exigirá una corrección difícil de cumplir con las presiones existentes.

Para Javier Díaz, de Analdex, una tasa de cambio de equilibrio depende de muchas variables que hay que definir primero, como el empleo y el crecimiento que se desea. Para él esa tasa debería rondar los 2.700 pesos.

Guillermo Botero, de Fenalco, cree que una tasa razonable debería estar en los 2.400 pesos, precio que comparte Andrés Aguirre, de SK Bergé Colombia.

Fuente: Eltiempo