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El papel de la gestión del desempeño en el desarrollo empresarial

Desde el trabajo del personal hasta el logro de los resultados esperados por la corporación son parte de la gestión del desempeño.

En el competido mundo empresarial, el logro de las metas es lo que garantiza la supervivencia de la organización.

La gestión del desempeño resulta fundamental en todo el proceso, pues abarca desde el trabajo que el personal realiza, hasta el impacto de esas tareas en las metas que la organización se ha trazado, pasando por los factores que impiden o que apalancan la productividad y la relación con los clientes.

El proceso relacionado con la gestión del desempeño ha sido descrito como un ciclo que tiene los siguientes pasos:

Fijación de objetivos: Se establece una planificación a fin de establecer los objetivos que cada cargo debe alcanzar en función del proyecto general de la empresa.

Establecimiento de competencias: El trabajo diario requiere de pautas claras a seguir en los diferentes departamentos de la organización a fin de lograr los objetivos trazados.

Seguimiento del desempeño: La labor de coaching resulta esencial para reforzar el buen desempeño, generar cambios cuando el desempeño no es óptimo y proveer un buen feedback que sirva de estímulo al trabajador proactivo.

Evaluación de las tendencias: Las debilidades y fortalezas quedan en evidencia cuando se analiza el logro de metas. Analizar las tendencias del desempeño permite identificar las áreas que requieren mayor impulso para alcanzar los objetivos.

Rectificación: Una vez que se han cumplido los cuatro pasos anteriores, corresponde introducir cambios en aquellos procedimientos que no estén dando los resultados deseados, así como modificar las estrategias implementadas con el personal cuyo desempeño todavía no es óptimo. Todo ello permitirá reencontrar el rumbo y alcanzar las metas en el tiempo previsto.

Como parte de una buena gestión del desempeño, el personal necesita ser orientado de tal manera que pueda proyectarse hacia el futuro dentro de la organización, que asimile las nuevas exigencias que se presenten como parte del proceso productivo y que las asuma como retos.

El logro de estos objetivos requiere de programas de desarrollo del factor humano, lo que implica invertir en la capacitación, ya que, mientras mejor preparado está el personal, con más facilidad resuelve las situaciones que sobrevengan.

Promoción de valores

Dentro de las estrategias actuales que llevan al éxito de las organizaciones destaca la promoción de la solidaridad como un valor esencial en los equipos de trabajo, así como la cooperación y los esfuerzos colectivos por encima de la competitividad desmedida y el logro individual que se fomentaban anteriormente.

Toma de decisiones

Cuando se descentralizan los controles y se fija una responsabilidad colectiva surge un mayor compromiso dentro de los miembros de la empresa, dirigido hacia el logro de los objetivos. Hacer que fluyan las comunicaciones horizontales en lo relativo a toma de decisiones crea un buen clima organizacional que conduce a resultados positivos, más que cuando se imponen decisiones de manera vertical.

La gestión del desempeño se lleva a cabo en función de que la empresa avance hacia el cumplimiento de los resultados que se ha propuesto. Dentro de ese proceso se realiza una evaluación general de la organización en sí y no solo el desempeño del personal.

La revisión incluye, inclusive la visión y misión, a fin de verificar si están en sintonía con los nuevos objetivos que son parte del proceso de adaptación de la compañía a los escenarios y retos actuales.

El vínculo con el cliente y las formas de mantener una relación estable que resulte satisfactoria para ambas organizaciones es parte de lo que se planifica y se evalúa en la gestión del desempeño.