EL CUIDADO DE LOS OJOS Y LA VIDA ACTIVA
VIDA ACTIVA, FATIGA Y PROBLEMAS OCULARES
El cansancio ocular es un fenómeno muy habitual. Las pantallas electrónicas están en todas partes, ya sea en el trabajo o en nuestros ratos de ocio. Son esos aparatos los que, en la mayoría de las ocasiones, provocan molestias y cefaleas.
Pero la vida activa se lleva también al aire libre. Polvo, arena, partículas de madera, productos detergentes… todos son susceptibles de ocasionar dificultades oculares. Si siente molestias, irritaciones o lagrimeos, es hora de actuar para prevenir problemas mayores.
ACCIDENTES OCULARES
En el trabajo o en el ocio, las protecciones naturales del ojo no son suficientes en muchas ocasiones y su integridad se ve amenazada. Una lesión ocular puede tener consecuencias que van desde la irritación superficial a secuelas irreversibles:
– Quemaduras, inflamaciones.
– Rasguños, cortes, perforación.
– Lesiones internas.
Un accidente ocular raramente es benigno. Proteja sus ojos con las gafas de protección , Estos equipos de seguridad que integren monturas de protección que cubran numerosos riesgos oculares y se adapten a todas las situaciones.
PRIVILEGIAR LA PREVENCIÓN
Cuando los dolores relativos al cansancio ocular aparecen es importante identificar y detener la actividad visual que los ocasionó.
Para eso, debe asegurarse primero de que el cansancio visual no es debido a problemas preexistentes como una miopía, una hipermetropía, un astigmatismo o la aparición de la presbicia. Se recomienda consultar con un médico oftalmólogo para establecer un diagnóstico.
Si el origen no está vinculado a un defecto visual, conviene organizar su espacio de trabajo lo mejor posible para evitar el cansancio ocular.
Si trabaja con ordenadores, puede ajustar la luminosidad de la pantalla adaptándola a la luz ambiental, seleccionando caracteres sombríos sobre un fondo claro y orientando la pantalla del ordenador para que ninguna luz parásita se refleje.
Si trabajamos sobre un documento, conviene proveerse de una lámpara complementaria para alumbrar mejor el papel.
Procuren que la habitación sea aireada en profundidad y procuren que el aire se renueve regularmente. También se recomienda apagar los aparatos eléctricos o electrónicos que no se estén utilizando como la impresora, la fotocopiadora, un ordenador, una lámpara o la televisión.
Así mismo, para luchar contra la deshidratación y el cansancio de los ojos, hay que beber mucha agua y alternar el trabajo con ordenadores con otras actividades para alejar los ojos de la pantalla por lo menos diez minutos cada hora.
Para los problemas oculares vinculados a las actividades exteriores, la prevención pasa por usar gafas en trabajos arriesgados como la jardinería o el bricolaje y siendo prudente con los productos químicos (hogar, limpieza, mecánica, etc.).
En conclusión, en caso de cansancio visual o en caso de dificultades oculares vinculadas a las actividades exteriores, la prevención pasa por usar gafas adaptadas.
LA VISTA EN LOS MAYORES
Representan cerca del 25% de la población, los mayores de 60 años están particularmente afectados por los problemas visuales. Es normal porque a partir de los 50 años, el 97% de la población presenta una deficiencia de la visión.
Sin embargo, y a pesar de esta creciente proporción, uno de cada cuatro octogenarios no estará bien diagnosticado y verá como sus dificultades visuales persisten e, incluso, se agravan. Para afrontar estos problemas, son imprescindibles 3 elementos: la información, la prevención y el tratamiento.
EL ENVEJECIMIENTO OCULAR: CAUSAS Y SOLUCIONES
El envejecimiento ocular es un proceso natural que sobreviene con la presbicia alrededor de los 45 años. Ésta es debida a una pérdida de flexibilidad y a un envejecimiento del cristalino. Año tras año, la vista se reduce, sobre todo una vez que pasamos la barrera de los sesenta.
Las causas de esta reducción visual son numerosas. El envejecimiento natural y la falta de oxigenación vuelven el ojo más sensible a la luz. La córnea y el cristalino sufren cada vez más agresiones por parte de moléculas inestables llamadas radicales libres, provocando una reducción de la vista.
El modo de vida también puede influir en el envejecimiento de los ojos. El tabaco, por ejemplo, causa un “estrés por oxidación” que provoca una mala oxigenación y un envejecimiento acelerado de la retina. También, la exposición a lo largo de la vida a los rayos UV o a la luz azul-violeta de las pantallas de aparatos electrónicos y de LED es un factor de riesgo.
Las consecuencias de este envejecimiento son variadas. Entre las más corrientes encontramos el glaucoma, el DMLA y la catarata. Esta última, por ejemplo, provoca una visión desenfocada a causa de la pérdida de transparencia del cristalino. El DMLA (Degeneración Macular Asociada a la Edad) provoca una pérdida de la visión central.
El glaucoma crea en cuanto a él un estrechamiento del campo de visión que puede provocar, con el tiempo, una ceguera total.
Pero los problemas oculares que se dan a partir de los sesenta pueden tener muchas otras causas. Las diabetes de tipo 1 y 2, por ejemplo, son susceptibles de causar retinopatía. Provocan una mala irrigación de los ojos y una posible pérdida de visión. Para contener esos efectos, la mejor de las soluciones es la prevención.
¿CUALES SON LAS SOLUCIONES DE PREVENCIÓN?
Una visita al oftalmólogo cada 12 ó 18 meses permite descubrir el rastro de cualquier dificultad ocular, dando más posibilidades de encontrar soluciones.
Es crucial protegerse a diario de los rayos UV y de la luz azul-violeta usando gafas con lentes adaptadas. Las lentes Crizal UV le permiten mantener sus ojos lejos de los rayos nocivos del sol. Y para luchar contra la luz emitida por las pantallas, las lentes Crizal Prevencia ofrecen una protección óptima.
Los antioxidantes son también un medio complementario de prevención. La zeaxantina y la luteína pueden revelarse como un buen medio para luchar contra el envejecimiento de los ojos. En efecto, estos antioxidantes luchan eficazmente contra el DMLA y las cataratas, reforzando las defensas naturales contra la luz. Encontramos estos antioxidantes en la col verde, las espinacas, el brécol y el maíz.