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Los crímenes financieros contra empresas sumaron US$3.600 millones el año pasado

La mayoría de empresas que operan en Colombia corren mayores riesgos de que sus trabajadores las defrauden, antes de que lo hagan delincuentes externos.

La problemática es uno de los crímenes financieros que ya le cuestan al sector industrial US$3.600 millones, es decir, el 1% del PIB.

La última Encuesta de Fraude en el país hecha por Kpmg, una red internacional de firmas que brindan servicios de auditoría, impuestos y asesoría en asuntos de riesgo y oportunidades, señala que los robos a compañías cometidos por empleados sumaban en 2011 el 68% de los casos, frente al 32% de los perpetrados por particulares. A este año, los primeros aumentaron al 70% y en el segundo disminuyeron al 30%.

Arturo Del Castillo, director de la práctica Forensic de Kpmg, explicó que a diferencia del primer análisis realizado hace dos años, el reciente arroja mejores características del problema y sus causas, puesto que fue dividido por los delitos más comunes: malversación de activos, fraude financiero, corrupción y cibercrimen.

“Por tipos de ilícitos, el que más se presenta es la malversación activos. Con un nivel de 46%. Pero el que más daño económico causa es el fraude financiero, con 51%, y a la sociedad afecta 40%. Corrupción está por debajo del fraude en la afectación a la sociedad. Está en 35%. Se traduce en pérdida de oportunidades y empleados”, detalló.

El estudio fue aplicado a 197 directivos de grandes empresas tanto privadas como públicas y de distintos sectores, en especial de energía y recursos naturales, manufactura, banca y servicios financieros, salud, construcción e infraestructura, farmacéuticas, comercio y retail, educación, servicios profesionales y telecomunicaciones.

Los resultados indican que aunque hoy son más las compañías que invierten en proyectos de administración de riesgos, seis de cada diez padeció en 2012 “cuando menos un fraude” y el daño monetario causado por los ilícitos se incrementó casi que en un 400%: de US$950 millones hace dos años, ahora alcanza los US$3,600 millones.

Se han sofisticado
Lo que sigue quedando claro es que los delitos informáticos o cibercrímenes, una de las cuatro clases de delitos enumerados en este análisis, es que los delincuentes han ido sofisticando sus métodos, de manera paralela a la aparición de nuevas medidas para contrarrestarlos.

Stalin Rojas, miembro del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional y docente de Gerencia de Proyectos, sostiene se ha visto una evolución en los fraudes, desde el papel, “que es lo más simple”, hasta medios informáticos. “Las empresas han ido incorporando procesos de protección, lo que ha hecho que los fraudes sean más ocultos y de mayor impacto. El jackeo se ha vuelto tan sofisticado, que es una especie como de gato y ratón”.

Una de as variables incluidas en la encuesta trata, justamente, sobre el perfil del perpetrador de la infracción. Y resalta que en el cuarto renglón, después de actores internos, aparecen las bandas criminales con el 17% de participación.

“Identificamos un nuevo tipo de atacante denominado amenazas persistentes avanzadas, que son los grupos con la capacidad tecnológica y los recursos suficientes para acechar, monitorear e infiltrar a las compañías, detectar sus debilidades y perpetrar un ataque, sea desfalcando sus cuentas bancarias u obteniendo información de los negocios”, contó Del Castillo.

La paradoja de este fenómenos es que, como concluye la investigación, el buen ambiente de negocios que vive Colombia es lo que ha potenciado los riesgos de que ocurran los crímenes económicos, una bonanza que ha puesto en evidencia las principales debilidades del control de las empresas y que, pese a los esfuerzos, falta más que eso: normas y políticas que complementen el esfuerzo del sector privado.

Las opiniones

Arturo Del Castillo
Director de la Práctica Forensic de KPMG

“El crecimiento y la buena coyuntura económica de Colombia, que atrae grandes inversiones, no está aparejada con los controles internos de las empresas. En otros países ya ha ocurrido, que a mayor bonanza se dispara el crimen financiero”.

Iván Darío gómez
Experto en control y auditoría – exauditor general de la república

“En la medida en que se generalice el uso de medios electrónicos para transacciones y gestión de las entidades, aumenta este fraude. La corrupción es un mal que nace, crece, se reproduce y transforma, pero no muere. Es también un fenómeno de sofisticación”.

Fuente: La republica