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Compliance, somos corruptos por naturaleza o solo deberíamos referirnos a los actos corruptos

Es un honor y un gran privilegio la invitación recibida a participar como conferencista en el 3er SIMPOSIO DE SEGURIDAD – Actualidad, Transformación y Perspectivas del Sector de Vigilancia y Seguridad Privada 2022, a realizarse en la hermosa ciudad de Barranquilla el 11 y 12 de agosto de 2022 por parte de la Asociación Colombiana de Seguridad – ASOSEC. Y es precisamente dos aspectos que me parecen importantes e interesantes en esta próxima cita, la primera es que al ser un Simposio se tendrá reunido a un selecto grupo de especialistas que trataran y se discutirán lo relacionado con la Actualidad, Transformación y Perspectivas de la industria de Seguridad Privada, que definitivamente es clave en la nueva normalidad que estamos construyendo y transitando, el segundo tiene que ver con el cambio de contexto que ya se comienza a perfilar y que el 7 de agosto se materializara ante el cambio de presidente y es precisamente que será el primer encuentro luego de dicho evento es determinante analizar, evaluar, discutir amenazas y oportunidades que muy seguramente para la fecha del encuentro serán más claras.

Uno de los temas que se trataran en el Simposio es precisamente el del “Compliance” de vigilados, asociados de negocios y partes interesadas, los roles y responsabilidades que se tienen con los Sistemas Integrales de Prevención de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (SIPLAFT), Sistema de Administración de Riesgos de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (SARLAFT), lo que se nos viene en los Programas de Transparencia y Ética Empresarial (PTEE), Programa Integral de Gestión de Datos Personales como elemento esencial para la implementación del Principio de Responsabilidad Demostrada, entre algunos temas normativos obligatorios de casi todos los sectores vigilados y controlados.

Comenzaremos con uno de los factores de riesgo que según los resultados de la Evaluación Nacional de Riesgos de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo que viene emitiendo hace ya varios años como la amenaza más alta según la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) es la CORRUPCIÓN y ni hablar de los informe de percepción que emite Transparencia Internacional y los preocupantes resultados del Índice de capacidad para combatir la corrupción en América Latina por Control Risks y la Américas Society/Council of the Americas (que publica AQ).

Pero hay una pregunta que quisiéramos responder con seguridad cuando de estos temas se trata, y es definir si los seres humanos somos Corruptos por naturaleza o lo correcto es hablar de Actos Corruptos hechos por personas, para aportar en este debate, les compartimos la siguiente información:

QUE SE CONSIDERA COMO CORRUPCIÓN.

Las ciencias sociales han definido la corrupción a través de un efecto paraguas, simplemente para ilustrar la gran complejidad de ideas y conceptos que la incluyen, el concepto más antiguo la define como la “decadencia”, donde el poder corrompe al hombre y es el hombre quien usa ese poder en beneficio personal y egoísta versus un beneficio social común, empíricamente es muy difícil definir la corrupción y que podemos verlo como un fenómeno multifactorial, por ejemplo el pensar en la corrupción como una serie de actos individuales o colectivos, comportamientos legales o ilegales que actual simultáneamente y en el tiempo de una forma organizada y sistemática para llevar acabo ese acto o actos de corrupción.

Se tienen diferentes enfoques para estudiar y explicar la corrupción, el primero es visto desde el aspecto normativo, como conductas ilegales como tráfico de influencias, cohecho, peculado, desvíos de recursos, enriquecimiento ilícito, soborno, lavado de activos, entre otras, son diferentes formas en que servidores públicos y personas en las empresas privadas extraen los recursos para su beneficio, o usar su poder para fortalecer a sus cómplices.

El segundo se ha definido por sus características y magnitud, los actos de corrupción se componen de actos legales e ilegales, y por eso las ciencias sociales han creado categorías para definir la magnitud de la corrupción, como los conceptos de gran corrupción, corrupción estructural, corrupción sistémica o endémica, pequeña corrupción, rentismo, clientelismo, que además buscan definir la tercera formo como fenómeno social, la corrupción es un fenómeno que afecta la legitimidad y la confianza en el estado, rompe y corrompe el comportamiento racional, de acuerdo con la definición de Transparencia Internacional, Corrupción es el abuso de poder o de confianza por parte de un actor para obtener beneficios particulares en detrimento de los intereses colectivos.

Es un obstáculo para lograr el desarrollo sostenible de una comunidad o de un país. Pero no podemos detenernos en comprender la corrupción solo en aspectos filosóficos, o teóricos, se hace necesario crear modelos cuantitativos, cualitativos y estadísticos para entender la corrupción desde sus orígenes, de las causas, de las formas que podemos modelarlas, prevenirlas y hasta predecirla, es el gran reto.

¿EL SER HUMANO ES CORRUPTO POR NATURALEZA?

Se dice que la corrupción es inherente al ser humano, ¿pero realmente lo es?, este comportamiento es rechazado también por los seres humanos, que tenemos sistemas para censurar este tipo de actos, el solo hecho de tratar de conseguir un beneficio individual o personal por encima del beneficio general, percibir la corrupción general un alto gasto para nuestro sistema neural, de alguna manera el ver a alguien haciendo un acto corrupto nos causa dolor, se activan áreas del cerebro como la amígdala, la ínsula, cortezas prefrontales, cortezas temporales, que compone la red que actúa cuando tenemos un dolor físico o vemos a otro sufrir, sin embargo surge la pregunta si ¿el ser humano es propenso a la corrupción?, pero la realidad es que solo hay hipótesis, se dice que las personas individualistas, baja empatía, aquellos que piensan en las recompensas propias solamente, la codicia, que podrían tener mayor propensión para la corrupción, sin embargo los estudios no son concluyentes, por contraste los estudios que sugieren que los actos corruptos están más motivados por los aspectos sociales, son más fuertes y pueden tener un mayor soporte por la ciencia, la corrupción pareciera estar más modulada y modificada por el contexto social que por factores individuales en las personas.

Lo que deberíamos hacer como sociedad es fortalecer nuestro contexto social, que nuestros organismos de control social se hagan más rigurosos, que además se revelen más formas de comportarnos, que se muestre lo bueno, lo productivo de los actos donde la gente colabora, es generosa, donde se les dé importancia a estos actos colaborativos por encima de los actos individuales muy seguramente tendremos un mejor control sobre los actos corruptos que el simple castigo.

CUAL ES EL RETO A CORTO PLAZO

Reducir los riesgos de la mala administración y corrupción durante la pandemia requiere la participación de organismos anticorrupción sólidos, una mejor supervisión de los paquetes de apoyo para la emergencia, adquisiciones públicas más abiertas y transparentes y mayor cumplimiento de las normas anticorrupción en el sector privado.

Además, los países necesitan asegurar el apoyo y la protección a informantes y periodistas que denuncien la corrupción durante la pandemia, además de alinear sus marcos nacionales de lucha contra la corrupción con la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (UNCAC). De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción -IPC- que publica cada año Transparencia Internacional. Colombia, con una calificación de 39 sobre 100 puntos, esto indica que no ha cambiado la imagen que grupos de expertos tienen sobre el sector público colombiano en cuanto a corrupción. El país subió 3 puntos desde la última medición, en el puesto 88 entre 180 países.

Aunque se han adelantado ajustes institucionales y normativos importantes, la percepción no va a cambiar mientras no se evidencien cambios de fondo. Para ello se requieren reformas al sistema político, recobrar la legitimidad de la justicia y que el empleo público y la contratación respondan a la meritocracia como criterio principal.

LOS NIVELES DE LA CORRUPCIÓN

Los vínculos entre la delincuencia organizada y la corrupción en el sector público la cual puede ser entendida en sentido amplio como el perjuicio de un beneficio público para satisfacer uno privado no son nuevos. Los grupos de delincuencia organizada han utilizado la corrupción en el sector público como instrumento para enfrentar a los Estados con impunidad y quebrantar el estado de derecho de forma cada vez más notoria en los últimos años. Por ello, controlar y luchar contra la corrupción en el sector público es una condición necesaria, si en verdad se pretende alcanzar un desarrollo político y económico sostenido, que permita combatir la pobreza y las marcadas diferencias sociales a escala mundial. En este contexto, podemos distinguir cinco diferentes niveles en la relación de la delincuencia organizada con la corrupción en el sector público:

  1. En el primer nivel encontramos al soborno o cohecho, que consiste en el ofrecer u otorgar a un agente en particular, cualquier tipo de beneficio, a cambio de la realización de un acto; la oferta o solicitud del soborno en este nivel se da por una sola ocasión. Por ejemplo, para obtener un pasaporte, licencia o información con el propósito de alcanzar un provecho criminal. Los grupos delictivos obtienen una ventaja al recibir información adelantada de la actividad policial, al manipular registros oficiales, desaparecer evidencias o, incluso, accediendo a las identidades.
  2. En el segundo nivel, los actos de soborno son continuos y periódicos, y el agente público ya se encuentra en la nómina del grupo delictivo. Esto asegura un flujo continuo de información confidencial y protección de las actividades policiales, permitiendo a los grupos mantener patrones de actividad ilegal y con esto permanecer siempre «un paso adelante» de la policía o autoridades competentes. Con el objeto de evitar los actos de soborno en este nivel, consideramos importantes medidas como la de reforzar el estatus socioeconómico de los servidores públicos con salarios justos y competitivos; implementar fuertes penalidades para aquéllos que violan la ley; fomentar las denuncias de los actos de corrupción; capacitar y asignar oficiales íntegros a operaciones gubernamentales propensas a la corrupción; y, sobre todo, reducir la discreción individual en la toma de decisiones.
  3. En el tercer nivel, son infiltradas las agencias gubernamentales en forma esporádica dentro de las posiciones oficiales de bajo rango. Los miembros y asociados de los grupos delictivos obtienen empleos en las agencias del orden, en las oficinas de procuración e impartición de justicia y en otras áreas; postulan a las vacantes o compran los puestos por medio del soborno y el chantaje.
  4. El cuarto nivel se caracteriza por una infiltración gubernamental en los niveles más altos, o lo que algunos autores definen como penetración del Estado, y pueden abarcar ramas completas de la administración o funcionarios de alto rango en las agencias de seguridad, oficinas de procuración, impartición y administración de justicia, así como otras oficinas gubernamentales importantes para el grupo delictivo. Con esto, los grupos delictivos maximizan sus ganancias y utilizan al soborno y la extorsión para influenciar a la policía, los jueces y otros funcionarios clave, ganando incluso el control absoluto sobre diferentes sectores de la economía. Con el objeto de evitar este nivel de infiltración, consideramos vital que los gobiernos reglamenten sobre una mayor transparencia en los procesos de licitación, incluyendo la notificación pública de los candidatos potenciales; también es necesario fortalecer las pruebas promocionales y el estricto secreto de su contenido, así como la implementación de procesos de selección de personal a través de investigaciones sobre la situación patrimonial de los candidatos (estados financieros actualizados, lazos familiares, etc.).
  5. En el quinto nivel se lleva a cabo la infiltración política. Los grupos de delincuencia organizada logran participar en campañas políticas financiando o apoyando a través de los medios de comunicación, o comprando votos y corrompiendo los procesos electorales democráticos. También logran influir coaccionando (mediante sobornos, amenazas o chantajes) a políticos para obtener su apoyo gracias a los lazos familiares de estos o a la existencia de deudas con algunos miembros de la delincuencia organizada. Por estos medios, la actividad criminal puede ser enmascarada o ignorada por la percepción pública favorable, ya que las alianzas con figuras políticas de alto nivel tienden a legitimar las actividades del grupo delictivo. La infiltración en este nivel puede llegar a tal grado que la delincuencia organizada controle al Estado en sus decisiones más importantes. Para evitar este nivel de infiltración se considera importante que los gobiernos incrementen el apoyo financiero a los partidos políticos y a las campañas electorales; fortalezcan la legislación referente a la concentración de medios de comunicación y combatan los monopolios; incrementen la transparencia de los contribuyentes, y publiquen los antecedentes de los candidatos a puestos de alto nivel.

¿POR QUÉ OCURRE ESTO?

Una revisión de la literatura existente nos lleva a concluir que durante las emergencias nacionales no siempre es posible asegurar que el dinero llegue donde debe llegar. La presión por gastar con el objetivo de aliviar situaciones de crisis por emergencias conlleva a reducción de controles, amplía la discrecionalidad en las decisiones de gasto, genera más oportunidades de colusión entre empresas, e incentiva a que se otorguen sobornos a cambio del pago de precios inflados, entre otras prebendas. La necesidad de actuar con rapidez y flexibilidad puede generar un estado de confusión generalizado entre los responsables de negociar contratos y realizar compras, abriendo oportunidades a prácticas ilegales.

La debilidad institucional propia de nuestros países exacerba los riesgos. A pesar de diversos avances, especialmente en reformas de acceso a la información y la mejora de los sistemas de compras y adquisiciones, la región enfrenta importantes desafíos en materia de transparencia e integridad.

LA ÉTICA EMPRESARIAL

Como primera instancia indiquemos que la ética en las empresas consiste en crear y transmitir valores desde la alta dirección hacia todos los niveles de la organización, incluyendo al consejo de administración, el comité directivo y la alta gerencia como los principales ejemplos a seguir. En el mundo empresarial y en la sociedad actual se habla mucho de ética, pero ¿sabemos realmente qué es la ética?, ¿es importante que una empresa sea ética?, ¿por qué? ¿qué ventajas nos ofrece el hecho de ser éticos? ¿se aplica la ética en la práctica tal y como se explica en la teoría?

Si profundizamos desde el punto de vista empresarial, la ética busca el modo correcto de vivir, así como el modo correcto de desarrollar la vida de la empresa. Cuando una empresa se propone ser ética, trata de aplicar unos principios éticos a la hora de tomar decisiones o realizar acciones concretas.

Definimos la ética empresarial como el conjunto de valores, normas y principios reflejados en la cultura de la empresa, cuyo objetivo es alcanzar una mayor armonía con la sociedad y permitir una mejor adaptación de los trabajadores en el entorno laboral, respetando los derechos de los mismos en su doble papel de empresarios y de personas.

La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque es indispensable para que su éxito sea completo. Una empresa no puede solamente vender para generar ganancias, sin ocuparse de los valores y los principios éticos, porque la falta de ética empresarial la llevará, tarde o temprano, al fracaso.

QUÉ SON LOS VALORES Y LOS COMPORTAMIENTOS

Las empresas generan el consecuente impacto social. Los valores son el motor de la toma de decisiones. Ayudan a priorizar y a guiar las elecciones, pero además unen a las personas en un sentido u otro, de la misma manera que lo hace el propósito. Los valores promueven una cohesión social desde la que determinadas conductas se ven como algo aceptable o fuera de lo admisible. Son tiempos de remarcar la necesidad de generar y predisponerse hacia buenos hábitos, factores que llevan a la excelencia dentro de las organizaciones. Así, la re-orientación ética de la economía mundial pasará por el adecuado funcionamiento del entramado social y ambiental siempre y cuando esté enfocado al bienestar global.

Conclusiones

  • Mientras se puede definir con seguridad si es la naturaleza, los actos de corrupción son generados por los seres humanos, y las organizaciones deben implementar un Programa de Cumplimiento Anticorrupción, donde se establezca la expresión y compromiso de su Junta Directiva y la Alta Gerencia, con los valores fundamentales de integridad, transparencia y responsabilidad adoptados dentro de la compañía y, así mismo, con la firme decisión de dar cumplimiento a los aspectos normativos y regulatorios que rigen su operación.
  • La implementación de un programa de esta naturaleza, no solo otorga beneficios reputacionales a la compañía, sino que también contribuye a afianzar la credibilidad en la misma por parte de sus empleados, clientes, inversionistas y demás interesados.
  • La adopción de este tipo de Programas debe reflejar las circunstancias particulares de la empresa y su Cultura de Cumplimiento, teniendo en cuenta factores importantes como su tamaño, la diversidad de sus negocios, los países en los que opera, las condiciones particulares del mercado y el entorno donde se encuentra establecida.

Los esperamos en el 3er Simposio de ASOSEC donde se abordarán mucho más temas de interés, no solo para el sector de vigilancia, sino además para sus proveedores, clientes y partes interesadas.

https://asosec.co/3er-simposio-de-seguridad-actualidad-transformacion-y- perspectivas-del-sector-de-vsp-2022/

Fuente: CARLOS ALFONSO BOSHELL NORMAN