5 tips de cómo combatir el estrés
El estrés es una consecuencia directa de la sociedad en la que vivimos, en la que cada día nos vemos sometidos a más exigencias y presiones a las que tarde o temprano no somos capaces de dar respuesta. Más que una enfermedad, el estrés es un estado de fatiga que se manifiesta a través de una serie de trastornos físicos y psicológicos.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (Ministerio de Trabajo e Inmigración) propone una serie de intervenciones sobre el individuo para darle herramientas que le permitan afrontar el estrés.
- Pensar siempre en positivo. Es imprescindible aprender a valorar los recursos con que cada uno cuenta para afrontar situaciones estresantes, así como darle a las cosas su verdadero valor sin caer en interpretaciones distorsionadas y dramáticas de la realidad.
- Controlar las reacciones de nuestro organismo ante situaciones estresantes. Para ello existen técnicas de relajación física y mental (que hacen hincapié en la relación entre una mente sana y un cuerpo sano) y de control de la respiración (que nos enseñan a tener una adecuada oxigenación en una situación de estrés).
- La autoestima, bien alta. Estas técnicas buscan desarrollar la capacidad para manifestar sentimientos, deseos y necesidades con claridad, y a la vez aprender habilidades sociales para aumentar la seguridad personal en el manejo de situaciones.
- Bien rodeado siempre es mejor. Es muy importante tener el apoyo de familiares, amigos y compañeros, porque facilitan su integración y adaptación y son un respaldo constante para la persona.
- Desarrollar un estilo de vida sano y activo. Mantener un buen estado físico y adoptar hábitos alimentarios saludables también ayudan a prevenir el estrés
Para tener en cuenta
Es cierto que el estrés pone a nuestro organismo en una situación de indefensión y vulnerabilidad. Pero también puede interpretarse que estos trastornos actúan a modo de fusible, haciéndonos una llamada de atención sobre la necesidad de cambiar algo en nuestras vidas.
Como el estrés es una patología producida por una mala adaptación al entorno social, es evidente que es mucho lo que podemos hacer para modificar esa situación y readaptarnos en unas condiciones saludables. Aunque en algunos casos puede ser necesario un tratamiento que incluya la prescripción de tranquilizantes y ansiolíticos por parte del profesional médico, la realidad es que gran parte de las soluciones las podemos encontrar aprendiendo a controlar nuestra ansiedad y valorando los recursos que tenemos para afrontar los desafíos que se nos plantean a cada momento.
Fuente: Salud en Familia