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4 reacciones que debes evitar durante un robo

Las amenazas delictivas no distinguen entre víctimas, ya que cualquiera puede verse expuesto a ellas. Por lo tanto, existen algunos comportamientos preventivos a seguir en caso de una situación de ese tipo. Hoy te contamos lo que no debés hacer en un robo.

1. Perder la calma

Es absolutamente normal que el ser humano se vea alterado ante situaciones de alto riesgo, ya que las mismas disparan nuestros niveles de adrenalina, colocándonos en un estado de agitación y estrés. Esto puede ser muy complicado de manejar.

Por eso, una de las medidas de prevención más importantes que toda víctima de un robo debe respetar, es no perder el sano juicio y la calma. Hacer lo contrario solo podría generar problemas y aumentar el peligro.

La razón es sencilla. Los delincuentes, aunque se muestren soberbios o arrogantes, también están sometidos a estrés durante un robo. Si notan que la víctima pierde la calma, ellos sentirán que pierden control de la situación, y sus acciones pueden ser muy drásticas a partir de ese momento.

Esto puede provocar que el ladrón lastime a su víctima, y el peor de los casos, atente contra la vida de esta.

2. Desafiar al ladrón

Al menos que se posea entrenamiento en materia de defensa personal o seguridad, y los ladrones se noten vulnerables, nunca se debe desafiar su actuación. El delincuente que comete un robo puede estar fuertemente armado, bajo efecto de las drogas o predispuesto a herir a la víctima.

En este sentido, mantener una actitud desafiante, poco colaborativa o intentar ser un héroe, puede resultar contraproducente.

De igual manera, forcejear con los delincuentes por proteger un bien material, puede traer consecuencias muy negativas, ya que estos pueden accionar sus armas en perjuicio de la víctima.

3. Omitir el hecho de denunciar el robo

La mayoría de las víctimas de un robo prefieren no denunciar la situación. Esto sucede porque no existe la confianza suficiente en las autoridades, porque el procedimiento de denunciar puede ser largo y tedioso, o simplemente por temor a represalias por parte de los ladrones.

Sin embargo, todo hecho delictivo que no es denunciado, simplemente no existe ante los cuerpos de seguridad, y tampoco será tomado en cuenta en la estadística. De allí que la acción de denunciar es absolutamente necesaria.

De esta manera, podrán recopilarse datos de interés, tales como la descripción física de los ladrones, su modus operandi y el sector donde suelen actuar. Con esto, la policía tendrá más oportunidad de capturarlos, así como también de recuperar los objetos robados.

4. Creerse “psicólogo” del ladrón

Algunas víctimas de un robo poseen grandes cualidades para conversar e influir sobre otras personas.

Por esta razón, cuando les toca atravesar una situación de esta clase, intentan convertirse en “amigos” del delincuente, pensando que esto puede beneficiarles, y así el ladrón les dejará tranquilos.

Aunque en algunos casos esta táctica pueda ser exitosa, lamentablemente no se trata de la mayoría. Entonces, se debe recordar que los delincuentes tienen el objetivo de consumar su robo, y harán lo que sea para lograrlo, así fallen al primer intento.

Es necesario tener en cuenta que un ladrón es una persona movida por la soberbia, las ganas de dominar el escenario y la necesidad de obtener un botín importante. En este sentido, el ladrón no busca un nuevo amigo, y mucho menos una persona que trate de envolverlo psicológicamente.

Estas conductas solo pueden empeorar la situación, provocando que el delincuente se vuelva más violento, e incluso atente contra la integridad física de la víctima. Si el criminal está armado, entonces el riesgo será mayor.

Por último, todas las personas deben mantener una actitud preventiva ante la delincuencia. Las estadísticas señalan que los ladrones suelen escoger víctimas que mantienen un comportamiento desprevenido e inseguro. Ahora ya sabés lo que no debés hacer en un robo.