Ciberseguridad

Seguridad en el hogar

Cuando hablamos de dispositivos conectados en un hogar, lo primero que se nos viene
a la cabeza son los ordenadores, tablets y smartphones de cada uno de los integrantes
de ese núcleo familiar. Puede que estos sean los dispositivos que hacen un uso más
intensivo de la red doméstica pero hace tiempo que dejaron de ser los únicos.
Pensemos, por ejemplo, en dispositivos como las videoconsolas, las cámaras de
videovigilancia que incluso pueden ser gestionadas desde nuestros smartphones o una
pieza fundamental en todos los salones: la televisión, que ha dejado de ser la caja tonta
para convertirse en un dispositivo inteligente, Smart TV.

Todos estos dispositivos y muchos otros que aún están por llegar forman parte del
hogar conectado y eso tiene sus partes buenas y malas. Por un lado, tenemos la
posibilidad de aumentar las capacidades de ciertos electrodomésticos con
funcionalidades que no hace mucho nos parecerían de lo más avanzadas. Sin
embargo, esta conexión abre las puertas a ataques novedosos que los delincuentes ya
están aprovechando y para los cuales la mayoría de usuarios no están preparados.
Ataques al hogar conectado Cuando hablamos de ataques relacionados con los
dispositivos que conforman una casa conectada los delincuentes no se han quedado
cortos y han preparado un amplio catálogo de amenazas.
Uno de los ataques más veteranos dirigidos a los dispositivos del hogar conectado es
aquel que, aprovechándose de vulnerabilidades en el dispositivo o una mala
configuración del mismo, se hacen con su control con varias finalidades. Durante años
se han analizado diversas amenazas que atentaban contra la privacidad de los usuarios
mediante estos dispositivos conectados. Desde cámaras de vigilancia comprometidas
que permiten a los delincuentes espiarnos mientras estamos en nuestra casa o peor
aún, aprovecharse de las cámaras utilizadas para vigilar a los bebés.
Además, hay otros dispositivos conectados en nuestro hogar que contienen o pueden
acceder a datos personales como cuentas de correo, contraseñas o datos bancarios.
Tenemos el ejemplo de neveras conectadas que almacenan los datos de nuestra tarjeta
de crédito para realizar pedidos de alimentos de forma automática. Si un delincuente
consigue comprometer la seguridad de esta nevera, estos datos no estarán seguros por

mucho tiempo. La seguridad física también está muy relacionada con la seguridad
lógica de los dispositivos domésticos.
Tomemos por ejemplo los sistemas de alarma que, actualmente permiten conectarse a
nuestra WiFi o, directamente, a una aplicación móvil. Un delincuente que supiera la
existencia de vulnerabilidades en estos sistemas podría robar en una vivienda sin que
sonase la alarma. Es más, si la casa dispone de un sistema domótico para abrir o cerrar
ventanas y puertas, y no es debidamente seguro, cualquiera con los conocimientos
suficientes podría entrar como si fuera un residente habitual. Una de las tendencias
más recientes es la de utilizar estos dispositivos para minar criptomonedas que irán a
parar a la cartera de los ciberdelincuentes. Este proceso puede llegar a producir un
daño físico a los dispositivos debido a la elevada potencia de cálculo que requiere,
teniendo que asumir el usuario-víctima con los gastos derivados de su reparación o
sustitución.
Soluciones para estos problemas
El principal problema con el que nos enfrentamos a la hora de lidiar con las amenazas
que tienen los dispositivos que conforman un hogar conectado es la gran cantidad de
fabricantes, sistemas y protocolos utilizados. Esto, unido a que muchos fabricantes no
contemplan la seguridad a la hora de producir sus dispositivos o no solucionan las
vulnerabilidades que se encuentran, provoca problemas graves para los usuarios.
Aquellos dispositivos más avanzados como los ordenadores, tablets o smartphones
suelen contar con soluciones de seguridad que les protegen frente a estas amenazas, e
incluso ahora ya podemos encontrar antivirus para televisores con sistema operativo
Android como ESET Smart TV Security. Sin embargo, la gran mayoría de dispositivos
conectados domésticos no cuentan con la posibilidad de instalar una de estas
soluciones de seguridad.
Por eso, las soluciones de ESET incorporan la posibilidad de revisar la seguridad de un
dispositivo tan crucial como nuestro router y también monitorizar qué dispositivos
tenemos conectados.

La tendencia a incorporar dispositivos de todo tipo a nuestro hogar conectado supondrá
nuevas funcionalidades que podremos aprovechar, pero también nuevos retos en
materia de ciberseguridad. De nosotros depende exigir un mínimo de seguridad a los
fabricantes a la vez que velamos por la protección de los dispositivos que a día de hoy
ya pueden contar con soluciones que actúen de barrera de contención de las
amenazas.

Fuente. Josep Albors. Responsable de concienciación e investigación. Eset España