La historia del ‘hacker’ colombiano que puso en jaque la seguridad nacional de EE.UU
Mario Simbaqueba Bonilla ingresó a los servidores del centro militar y de inteligencia mejor vigilado del mundo a través de computadores infectados por un programa que el mismo creó. Lo hizo desde Bogotá, pero no imaginó que el FBI lo identificaría y lo llevaría ante un juez federal, dijo al programa Los Informantes.
El reto era penetrar el sistema. No había ninguna malicia, ni tampoco ninguna meta de conseguir algo entre los servidores del Pentágono”, señaló el exhacker colombiano.
Simbaqueba reveló al periodista Daniel Pacheco que pudo haber robado más de 105 millones de dólares, pero no lo hizo. Su propósito era la satisfacción personal de haber ingresado a la red de datos mejor protegida del hemisferio.
Y lo logró cuando 2 militares, que no aplicaron los protocolos de seguridad, usaron uno de los computadores que Simbaqueba había intervenido abriendo la puerta para que el ‘hacker’ entrara a los servidores y conociera el mapa completo de todas las operaciones militares y estratégicas de Estados Unidos y sus tropas en regiones críticas del planeta, según cuenta el informe periodístico.
Su aventura duró 4 días hasta cuando fue identificado y bloqueado. Un operativo adelantado por agencias de seguridad terminó con su captura en agosto de 2007, en el aeropuerto internacional de Miami, informó la revista PC Word.
Después de pagar 7 años de condena en Estados Unidos, hoy es asesor en el pabellón de extraditables de la cárcel Picota para que puedan reducir sus condenas del sistema penal acusatorio de ese país.
Sus primeros pasos como hacker
Este ingeniero de sistemas egresado de la Universidad Javeriana y con un posgrado en Estados Unidos, se convirtió en pirata informático acosado por los celos. Diseño un programa espía para penetrar el computador y las cuentas de su pareja. Tenía acceso ilimitado a todo y esto le enseñó el camino para amasar una fortuna, señaló al programa.
Me di cuenta de que los centros de negocios de los hoteles eran puntos en donde yo podía capturar información infinita. Tomaba las claves, el seguro social, la fecha de nacimiento de empresarios, abría cuentas bancarias a nombre de terceros”, indicó.
Narró además que este acceso le abrió las puertas de los mejores hoteles del mundo. En 2 años logró robar más de 600 identidades y al menos 1.4 millones de dólares. Estuvo en hoteles en Dubai, China, Japón, Emiratos Árabes, toda Europa, Estados Unidos, Centroamérica y Suramérica, cuenta el espacio periodístico.
El Departamento de Justicia corrobora esta información en el ‘indictment’ sobre las andanzas de Simbaqueba y agrega que el colombiano participó “en una compleja serie de intrusiones informáticas (…) y fraudes con tarjetas de crédito para robar el dinero de la nómina de los bancos y otras cuentas de sus víctimas”. El documento explica también que Simbaqueba Bonilla utilizó el dinero para comprar productos electrónicos costosos y pagarse viajes de lujo y alojamiento en varios países, incluyendo Hong Kong, Islas Turcas y Caicos, Francia, Jamaica, Italia y Chile, además de los destinos antes mencionados.
Robo de datos
Las autoridades estadounidenses descubrieron que el ‘hacker’ instaló, entre 2004 y 2007, un software ilegal para el registro de pulsaciones en las computadoras ubicadas en hoteles, centros de negocios y salas de Internet de todo el mundo, señala el documento oficial.
Recopiló la información personal, incluyendo contraseñas para acceder a bancos, cuentas de nómina, corretaje y otras cuentas en línea. Utilizó los datos interceptados para robar o desviar dinero de sus cuentas u otras cuentas que había creado en los nombres de otras personas. Luego, a través de una compleja serie de transacciones electrónicas diseñadas para cubrir su rastro, el ‘hacker’ colombiano transferiría el dinero robado a crédito, dinero en efectivo o tarjetas débito, señala el Departamento de Justicia.
Este era un esquema complejo, pero era increíblemente simple”, dijo el fiscal federal R. Alexander Acosta, en una nota publicada por ABA Journal. “Los viajeros que utilizan los centros de negocios de hoteles son vulnerables a estos depredadores de alta tecnología”, advirtió el funcionario al medio digital.
La condena y la expiación
Simbaqueba Bonilla fue condenado a una pena de 30 años de prisión bajo 16 cargos relacionados con delitos informáticos. Pidió al juez que le permitiera adelantar su propia defensa y redujo la pena a 9 años de cárcel, aprovechando los vacíos legales del sistema judicial de Estados Unidos, comenta el reportaje.
Su experiencia ante los tribunales federales le ha permitido demostrar la inocencia de 14 personas y logró que otras 80 tuvieran reducciones en sus penas.
Fuente: Pulzo