Ciberseguridad

La desconfianza traba el comercio en línea

El comercio electrónico en Colombia está en ascenso. Las cifras de PayU Latam indican que en el 2014 totalizó 3.500 millones de dólares, 34,6 por ciento más que en el 2013, cuando sumó 2.600 millones de dólares.

Las firmas manejan cifras diferentes. Por ejemplo, Euromonitor Internacional calcula que este año ese monto será cercano a 2.955 millones de dólares, y Colombia se ubicará de quinta en Latinoamérica, con una participación del 5 por ciento en las ventas totales en línea en la región, las cuales sumarían 59.100 millones de dólares.

El crecimiento de la conectividad, número de empresas especializadas, canales por parte de las cadenas de comercio tradicionales, de computadores y aparatos móviles son algunos factores que explican el auge.

La cifra resulta pequeña si se tiene en cuenta que las compras de los hogares en Colombia, según la firma de análisis de mercados Raddar, sumaron el año pasado 495 billones de pesos, o 62 por ciento de producto interno bruto (PIB).

Y si bien el mundo está más globalizado y cada vez son más frecuentes los portales que ofrecen servicios de pagos en línea, la gente prefiere hacer compras de manera presencial en los comercios, sin ayudas tecnológicas. A lo sumo recurre a una referencia desde un computador o un móvil.

“El comercio en línea jamás reemplazará al presencial, es más un complemento”, dice César Sánchez, gerente de Sanz Group, que controla el portal supershop.com.

El principal factor que no permite un más rápido avance es el temor de los usuarios a facilitar el número de su tarjeta de crédito u otros datos, pues consideran que el comercio electrónico no les genera seguridad ni protección.

El presidente de Easy Solutions, Ricardo Villadiego, dice que se han perdido en Colombia unos 500 millones de dólares asociados a delitos cibernéticos, incluidos los fraudes en transacciones financieras.

“Colombia es el cuarto país con más actividad cibercriminal, solo superado por países como Brasil, México y Chile”, dice.

Por tanto, considera que las entidades financieras y los portales y los proveedores de transacciones electrónicas deben enseñarse a convivir con la presencia del delito e invertir fuertemente en tecnología de protección.

“También está el tema cultural, o de costumbre o de hábito, que es una barrera generacional, dado que los clientes con mayor poder adquisitivo hacen parte de la generación del efectivo, la cual lleva en promedio 20 o 30 años manejando soportes, y prefieren los canales presenciales del comercio”, explica el gerente de Certicámara, Héctor García Santiago.

En su opinión, el robo de datos y fraudes por suplantación de identidad es más alto en medios físicos, donde suelen cometerse ilícitos como falsificación del documento de identidad, de certificaciones y, en general, de todo tipo de documentos, incluidos los billetes.

“Estos delitos y fraudes se pueden evitar en un grado muy superior en un entorno virtual, ya que en el mundo físico se hace más compleja la verificación, en tanto la misma la realizan las personas y en un entorno virtual se hace a través de programas informáticos donde la seguridad puede ser robusta, como lo es el caso de procesos donde se hace uso de firmas electrónicas”, sostiene.

Por su parte, la directora de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, Victoria Virviescas Calvete, afirma que es inevitable que, a la par del crecimiento de la utilización de los medios digitales, exista, como en los ambientes presenciales, la interceptación de los delincuentes hacia los consumidores.

A su vez, la vicepresidenta comercial de PayU Latam, Ana Sandoval, afirma que uno de los principales aportes que hace la ley de inclusión financiera al desarrollo del comercio electrónico son las entidades financieras especializadas en pagos, ahorros y depósitos (PAD), que son libres del impuesto del cuatro por mil.

El jefe de tecnología de comercio electrónico de Almacenes Éxito, Jorge Arango, dice que la creencia de que los canales virtuales son inseguros ha cambiado y que permiten acceder con todos los elementos de seguridad que les facilita pagar al cliente con tranquilidad.

“La confianza hacia el comercio electrónico no se sustenta solo en el pago. También debe haber una experiencia de compra satisfactoria para que la gente adopte dentro de su estilo de vida”, asegura.

Los medios de pagos en línea preferidos son las tarjetas de crédito, el efectivo y el débito, en su orden.

Tres motivos que ayudan

No obstante las cifras, Colombia va bien en materia de comercio electrónico, incluso si se compara con otros países de la región, y prueba de esto es la presencia, día a día, de más portales para compras digitales, lo que demuestra que el consumidor, por temas de precios, falta de tiempo y dificultades con la movilidad en las ciudades, ha encontrado una herramienta que le permite, sin salir de su casa u oficina, tener a mano productos, eventos y promociones.

Fuente: Eltiempo