El Criminal- Como entender su formación y evolución
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El Criminal: Como entender su formación y Evolución

Al investigar la materialización de un evento que afecta la seguridad, especialmente un acto delictivo, nos detenemos analizar la conducta empleada por el delincuente, sin embargo, poco la entendemos, y este factor debe ser tenido en cuenta cuando diseñamos y desarrollamos estrategias en la prevención pública y privada. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

El proceso de aprendizaje criminal es un concepto que se refiere al desarrollo de habilidades y conocimientos relacionados con la comisión de delitos. Los individuos que se dedican a actividades criminales suelen adquirir experiencia a lo largo del tiempo, aprendiendo de sus propios errores y de las estrategias que les han funcionado en el pasado. Este proceso puede incluir la observación de otros criminales, la experimentación con diferentes métodos delictivos y la adaptación a las circunstancias cambiantes. Es importante tener en cuenta que el aprendizaje criminal puede ser influenciado por factores como el entorno social, la presión de grupo y las oportunidades delictivas disponibles. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

La Comisión de un delito

La comisión de un delito requiere la conjunción de tres factores: el componente volitivo, es decir, querer delinquir, el componente cognitivo, que se refiere a los conocimientos técnicos que prescriben el procedimiento necesario para la ejecución exitosa del delito, y el componente de control emotivo, es decir, la capacidad para regular las emociones en momentos álgidos de la ejecución del delito. Si estos tres componentes se encuentran presentes en la ejecución de un delito, aumenta la probabilidad de que éste sea exitoso.

El proceso de aprendizaje criminal es un concepto central en la criminología y se refiere a cómo las personas adquieren comportamientos delictivos a través de interacciones sociales y experiencias. Este proceso puede ser explicado por varias teorías criminológicas, siendo algunas de las más influyentes la teoría de la asociación diferencial, la teoría del aprendizaje social y la teoría del refuerzo diferencial. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

La Teoría de la Asociación Diferencial propuesta por Edwin H. Sutherland, esta teoría sostiene que el comportamiento criminal se aprende a través de la interacción con otras personas. La Teoría del Aprendizaje Social de Albert Bandura es uno de los principales exponentes de esta teoría, la cual se centra en el papel de la observación e imitación en el aprendizaje. La propuesta por Ronald Akers y Robert Burgess, esta teoría es una extensión de la teoría de la asociación diferencial y la teoría del aprendizaje social, integrando principios del conductismo.

El crimen como oficio: una interpretación del aprendizaje del delito en Colombia de Isaac De León Beltrán Eduardo Salcedo Albaran, hacen una buena descripción de las etapas evolutivas de un criminal

PRIMERA ETAPA

Por lo general, la primera etapa del proceso de aprendizaje del oficio criminal se es llevada a cabo por jóvenes adscritos a grupos delictivos, lo cual quiere decir que el hecho de iniciarse en la carrera criminal implica la necesidad de estar relacionado socialmente con personas involucradas sistemáticamente en estas prácticas. En esta medida, es posible asegurar que una persona que no esté relacionada directamente con criminales no podrá insertarse, por ejemplo, en una banda, y por tanto no podrá iniciar su formación.

De lo anterior se puede resaltar que, en la medida en que la confidencialidad juega un papel muy importante en las empresas ilegales, el proceso de selección de personal no sólo se basa en el criterio de las habilidades y conocimientos del aspirante, sino que por encima de dicho criterio prevalece la cercanía y las buenas referencias. Esto se explica porque los candidatos a trabajar en organizaciones criminales deben estar en capacidad de garantizar su lealtad y un sigiloso manejo de la información bajo cualquier condición.

Una vez insertado en el grupo de delincuentes, pero sin haber sido aceptado como un igual en la banda, las primeras actividades a las que se debe enfrentar el aspirante, más allá de servir como entrenamiento, tienen el propósito de identificar aquellos individuos que aparentemente poseen el deseo y las habilidades para desenvolverse en el oficio.

Las primeras actividades tienen el propósito de identificar a los “mejores candidatos” y, por lo tanto, consisten, la mayoría de las veces, en ejecutar actividades de apoyo en la comisión de delitos graves, como conducir un vehículo, hacer guardia y llevar recados y paquetes. Si la ejecución de las actividades es exitosa entonces los jefes de las bandas no dudan en aceptar como miembro al joven, mientras que aquellos que no logran ejecutar correctamente la tarea que les ha sido asignada tienen una baja probabilidad de ser seleccionados para integrarse al equipo.

SEGUNDA ETAPA

Una vez seleccionados los jóvenes más destacados, las siguientes actividades, propias de la segunda etapa de la formación criminal, consisten en ejecutar delitos que involucran más al aprendiz en términos de trabajo. Una actividad típica de esta segunda etapa es el atraco, el cual requiere una proporción mayor de voluntad que de técnica y control emotivo, razón por la cual, es común encontrar que el grueso de delitos tales como atracos y raponazos son cometidos por jóvenes que están aprendiendo las técnicas más básicas de la carrera criminal. Además, los delitos cometidos por dichos jóvenes necesitan una mayor coordinación de trabajo en equipo que la requerida en las actividades de apoyo iniciales, pues es mucho más difícil ser la persona que ejecuta un robo, que ser el encargado de vigilar el entorno en el cual los otros cometen el delito. (“(PDF) El crimen como oficio. Ensayos sobre economía del crimen en …”) (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

Después de la ejecución de actividades de apoyo, la característica más importante de la segunda etapa de la formación consiste en el aprendizaje de técnicas y conocimientos avanzados con el fin de cometer delitos más rentables, con lo que se espera que la mayor pericia exigida por estos crímenes esté acompañada por una mayor remuneración. Así como en el aprendizaje de cualquier oficio, en el proceso de enseñanza-aprendizaje criminal se pueden identificar dos aspectos; el primero, correspondiente a la parte teórica de la cuestión, y el segundo a la parte práctica. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

El primero se desarrolla, en la mayoría de los casos, mediante ilustraciones de técnicas ejecutadas por “expertos”, que luego son comentadas al interior de la organización criminal; el segundo puede estar compuesto por simulacros o por la comisión de crímenes que requieran aplicar lo aprendido. Conviene tener en cuenta que en esta segunda etapa los jóvenes no poseen suficiente control emotivo, por lo cual los crímenes cometidos por ellos suelen ser muy violentos. Lo anterior nos permitiría explicar el hecho de que la probabilidad de lesiones a la víctima aumente cuando el delito es cometido por un joven.

TERCERA ETAPA

Después de aprender técnicas y aumentar su control emotivo, el delincuente puede comenzar a ejecutar crímenes de mayor cuantía, con los cuales inicia la tercera etapa de la formación criminal, caracterizada por un número menor de delitos que reportan mayor ganancia. Los delitos típicos de esta tercera etapa podrían ser robo de autos, hurto a residencias y asalto bancario, en los cuales la cuantía involucrada es mayor y el número de delitos es menor. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

Sin embargo, aunque la preparación requerida para estos crímenes es mucho mayor que la requerida para los crímenes de la etapa anterior, el delincuente se encuentra todavía involucrado materialmente. Esta etapa puede ser denominada “inercia criminal”, porque con la cantidad y calidad de conocimientos que el delincuente posee, no sería rentable ejecutar crímenes propios de las etapas anteriores, como atracos y raponazos. Es decir, el delincuente tiene la tendencia a seguir cometiendo los delitos de esta etapa porque es rentable y no hay excesiva exposición al riesgo.

Si bien puede pasar el resto de su vida criminal en esta fase, también puede aumentar su proporción de los factores característicos del delito y así pasar a ejecutar crímenes de una cuantía aún mayor que requieren, entre otras cosas, mayores competencias de liderazgo. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

Es importante señalar que no es clara la edad a la que un criminal alcanza su madurez profesional, pues, así como algunos pueden aprender pronto a combinar los tres factores de éxito del delito, otros pueden durar toda su vida sin lograr dicho equilibrio. Así, no es difícil encontrar líderes de organizaciones criminales que a temprana edad lograron combinar de una forma bastante eficiente el control emotivo, los conocimientos y el deseo de sobresalir en este campo; así como tampoco es difícil encontrar criminales que, por no mostrar mejorías en su eficiencia mediante la combinación de los factores, a una edad avanzada continúan cometiendo crímenes violentos y de baja cuantía.

CUARTA ETAPA

La cuarta y última etapa de la formación criminal se caracteriza por una combinación equilibrada entre los componentes volitivo, cognitivo y de control emocional. Es importante señalar que no todos los delincuentes alcanzan esta etapa de actividad criminal. Como en cualquier proceso de aprendizaje de un oficio o actividad legal, son muchos los que comienzan el proceso, pero son pocos los que logran destacarse por la eficiencia y la calidad de su trabajo.

Los delincuentes que alcanzan esta etapa pueden ser denominados “criminales profesionales”, ya que el uso de la violencia necesaria en la comisión de un delito se encuentra estrictamente regulada. Así, una característica fundamental del criminal profesional es que, a la vez que focaliza el uso de la violencia, empleándola sólo en casos estrictamente necesarios aumenta la cuantía y la rentabilidad de los crímenes que comete. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

Otro aspecto central de esta etapa es la concentración de información sobre la oferta y demanda de actividades delictivas, así como sobre la calidad de la mano de obra que se puede emplear para la ejecución de delitos específicos, lo cual implica tener conocimientos sobre quién o quiénes pueden ejecutar una determinada tarea criminal.

El perfil característico de esta etapa es el del autor intelectual, contratista o empresario. Al parecer, la capacidad para ser un criminal profesional depende, además de la adecuada combinación de los tres factores del delito, de la capacidad para reflexionar sobre la peligrosidad de ciertas actividades y también del paso de los años. Ciertos delitos implican elevado riesgo de muerte, y sólo en este tipo de reflexiones el criminal puede percatarse de que es muy poco probable que pueda vivir mucho tiempo ejecutando estos crímenes, y también de que es poco probable conseguir un alto nivel de ingresos ejecutando crímenes de baja cuantía. Dadas todas las características anteriores, se puede asegurar que un criminal profesional tiende a convertirse en un empresario independiente, por lo cual un criminal profesional es, desde este punto de vista, un contratista.

Para Concluir,

El proceso de aprendizaje criminal es un fenómeno complejo influenciado por la interacción social, la observación e imitación de comportamientos, y el refuerzo de dichos comportamientos. Comprender estos procesos es crucial para desarrollar estrategias enfocadas a interrumpir el aprendizaje criminal y esto requiere un enfoque integral que aborde las causas subyacentes y los factores contribuyentes del comportamiento delictivo. (El Criminal: Como entender su formación y Evolución)

Las estrategias deben ser colaborativas, involucrando a la comunidad, el sistema de justicia, las instituciones educativas y los servicios sociales. La clave está en crear un entorno de apoyo y oportunidades que reduzcan la oportunidad que las organizaciones criminales puedan cooptar a nuestros jóvenes.


Fuente: Carlos Boshell Norman

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