Economia

Costos de servicios bancarios subieron 6,5 por ciento

Utilizar los distintos servicios y productos financieros les resultó a los colombianos 6,48 por ciento más costoso el año pasado, pues este ajuste superó los observados en 2014 y 2013, cuando se dieron alzas del 5,58 y 5,05 por ciento, respectivamente.

Es lo que muestra el Índice de Precios al Consumidor Financiero (IPCF) elaborado por la Superintendencia Financiera a noviembre, que tiene en cuenta la tendencia de precios de los principales productos y servicios utilizados por los colombianos, específicamente cuentas de ahorro y tarjetas de crédito.

El dato se conoce justo cuando una entidad del sistema anuncia que a partir del primero de marzo no les cobrará a sus clientes por los retiros que realicen en cajeros automáticos de la entidad o en sus oficinas físicas, eliminará la cuota de manejo de la tarjeta débito y las tarifas asociadas a las consignaciones nacionales y las transferencias de dinero entre cuentas del mismo banco.

Hasta noviembre del 2015, los ingresos de la banca por comisiones y honorarios superaron los 4,5 billones pesos, aunque hasta ese mismo mes las entidades habían realizado inversiones en ese frente por 1,9 billones, según la Superintendencia Financiera.

Las solas comisiones asociadas a las tarjetas débito les representaron a los bancos más de 277.000 millones de pesos; por cuota de manejo de las tarjetas de crédito, unos 356.581 millones, y por servicios bancarios, más de 1,6 billones de pesos, entre otros.

Aunque la cifra luce elevada, las comisiones por servicios financieros solo representan 16,1 por ciento de las utilidades de los establecimientos de crédito. A noviembre del 2015, dichas ganancias provinieron, además, de los intereses cobrados por préstamos (60,8 por ciento), de la valorización de inversiones (7,6 por ciento) y por venta y dividendos de inversiones (10,8 por ciento).

Las ganancias de estos establecimientos a noviembre del año pasado se acercaron a los 10 billones de pesos.
El bajo uso de los canales electrónicos por parte de los usuarios es una de las razones por las que ciertos servicios tienen un elevado costo.

La estrategia de las entidades es aplicar comisiones a productos y servicios que los usuarios acostumbran a solicitar en las oficinas físicas con el propósito de desestimular esa práctica y que, más bien, acudan a los canales virtuales en los que el costo del servicio es igual a cero.

En tarjetas de crédito, por ejemplo, Colombia aún tiene un potencial de mercado por conquistar. El nivel de penetración es 35 %, sobre la población adulta, mientras en Brasil o Argentina se acerca al ciento por ciento, sostiene Gustavo Leaño Concha, presidente de Credibanco, uno de los sistemas de pago con tarjetas que opera en Colombia.

Lo que se espera

Aunque algunos banqueros señalan que este es un proceso que se viene dando y ven con cautela que se pueda generalizar pese al efecto sobre las inversiones de las entidades y la calidad del servicio a los usuarios, expertos sí creen que esto llevará a un efecto cascada más temprano que tarde.

María Mercedes Cuéllar, presidenta de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), dijo que “la presión (ahora) para reducir ese tipo de costos para el usuario es muy grande. De hecho, estos se han venido reduciendo bastante en el tiempo, pero todavía falta avanzar más y lo que hizo Colpatria va en la dirección correcta”.

Para Leaño Concha, “ya hay en el país productos de acceso y cuentas sin costo, lo que no hay es suficiente reconocimiento de que el sector financiero ya se montó en esa estrategia de promover, con productos sin costo, la inclusión financiera”.

Pese a esto, los ingresos por comisiones de las entidades pasaron de representar 8,5 a 16,1 por ciento de sus utilidades operacionales entre noviembre del 2014 e igual mes del año pasado, según la Superfinanciera.

“Me gusta la decisión (de Colpatria) porque abre el espectro de los costos y tarifas de los bancos a la competencia entre las propias entidades. Ahora, un efecto de mayor competencia en el mercado es que los precios bajen y esto afecta los ingresos de los establecimientos, lo cual no es positivo para estos, pero sí para las personas”, dice Daniel Castellanos, exvicepresidente de la Asobancaria.

Agregó que, sin duda, esa decisión llevará a que otras entidades del sector apliquen estrategias en la misma dirección y a que se cuestionen si le van a apostar a una mayor rentabilidad del negocio o a un mayor beneficio para los usuarios.

Óscar Cabrera, presidente del BBVA, es de los que creen que en tema de costos y tarifas el mercado mismo es el que tiene que regularse. “Si nos obsesionamos solo con el precio, vamos a terminar deteriorando las inversiones o el servicio. Creo que se debe propender a que las entidades tengan condiciones regulatorias similares y puedan operar en un espacio limpio, y que de alguna forma la competencia genere este tipo de cambios”.

Para Jaime Munita, presidente del CorpBanca, ese cambio se empezó a dar desde hace algún tiempo, por lo menos, en su entidad.

“Estamos convencidos de que el país debe seguir trabajando en impulsar tanto la disminución del uso del efectivo como la bancarización. Contamos con una oferta que incluye propuestas que eximen el pago de canales como los cajeros electrónicos, por el uso integral de nuestros productos. Nos esforzamos por brindar el más completo portafolio con soluciones a la medida de nuestros clientes”, dijo.

Más pagos electrónicos abaratarán los servicios

En el sector financiero existe conciencia de que a mayor volumen y penetración de la banca en la población, los costos tienden a reducirse.

Sin embargo, un elemento que contribuiría a acelerar ese proceso son los pagos electrónicos.

Gustavo Leaño, presidente de CredibanCo, cree en esa teoría. “Creo que en la medida en que se aumenten los volúmenes y la penetración de los pagos electrónicos en la economía, los precios que cobra el sistema por estos irán bajando, eso es una tendencia que es muy fácil de advertir, porque incluso en Colombia, en los últimos 10 años, los costos de las tarjetas débito y crédito han caído para, tal vez, estar entre los precios más bajos de Latinoamérica, si no el más bajo”, dice.

En Colombia la banca por internet crecía hasta mediados del año pasado a una tasa del 37 por ciento; las operaciones a través del celular, a un ritmo del 25,4 por ciento; los pagos por datáfono, al 14 por ciento; mientras que el uso de los corresponsales bancarios, al 25 por ciento, según estadísticas de la Superfinanciera.

“Es una realidad que el sector financiero está muy comprometido a lo que tenga que hacer, desde el punto de vista de los precios y la innovación, para abaratar los costos (de los servicios y productos) para que muchos colombianos puedan ingresar a los pagos electrónicos”, puntualizó Leaño.

Fuente: Eltiempo