Biometría: 4 gestiones que la hace más sencillas
«La biometría es la respuesta simple para la resolución de muchos de los procesos que debemos hacer día a día. Desde la firma de contratos hasta la autenticación de usuarios, esta tecnología se presenta como una solución de fácil implantación en la empresa y, sobre todo, que ofrece gran usabilidad por su utilización intuitiva y muy sencilla».
La tecnología avanza cada vez más para hacer la vida más fácil a la población simplificando procesos y una de las tecnologías que más auge está teniendo en los últimos años es la biometría. Sus diferentes aplicaciones permiten otorgar una gran practicidad a tareas que antes requerían una inversión de tiempo importante. Desde el simple uso de la huella dactilar hasta sistemas más avanzados como la identificación por voz, el reconocimiento facial o de firma manuscrita en tablet, la biometría ha ido evolucionando hasta ser un método seguro, eficaz y con gran facilidad de uso.
Estudios muestran algunos de los casos de uso que la biometría hace más sencillas:
1. Contratación de servicios desde casa. Con la llegada de la pandemia, la contratación de servicios se ha tenido que realizar de forma remota. Sin embargo, sigue siendo necesario rubricar documentos como si se estuviesen firmando presencialmente.
El documento a firmar deberá ser cargado en el sistema para que, después, el firmante reciba un correo electrónico con ese escrito para revisarlo y dar su visto bueno. Una vez ambas partes tengan claro el documento, el firmante recibirá una llamada para formalizarlo mediante su voz. En esta llamada se recoge su consentimiento, que ofrece la misma validez legal que una firma manuscrita presencial, pero con mayor rapidez y sin tener que desplazarse. Así, tanto los contratos de trabajo como contratar un nuevo servicio de luz o teléfono se pueden firmar con total validez a través de una llamada de teléfono, en cualquier momento y lugar.
2. Registro de trabajadores. La utilización de esta tecnología avanzada en el ámbito de los recursos humanos no solo aporta seguridad, sino también una mayor comodidad para los trabajadores. En concreto, en el momento de registro del empleado, se optimiza el tiempo al eliminarse las tradicionales tarjetas identificativas o contraseñas. Con la voz o la cara es posible registrar la jornada garantizando que se cumplen los horarios pactados entre empresa y trabajador. «En este caso la biometría aporta un valor diferencial de cara al trabajador, ofreciendo una visión de la empresa más innovadora y exclusiva, además de aportarles usabilidad y, por tanto, ahorro de tiempo en procesos sistemáticos».
3. Control de accesos. Aunque suena futurista, ya es posible entrar en un sitio –ya sea físico o digital– a través de tu huella dactilar, cara o voz. Así, es muy común acceder a todas las apps del móvil a través de la huella dactilar, pero hay usos más allá de este. Por ejemplo, en ciertas empresas, para entrar a salas restringidas, es necesario identificarse. En ese sentido, se podría utilizar un sistema de reconocimiento biométrico facial o vocal que autorice el acceso a ciertas personas. Sin embargo, no es una tecnología que esté reservada a grandes empresas, sino que también es posible instalarlo en los hogares para dotar a la vivienda de un plus de seguridad.
4. Identificación y autenticación de clientes. Por ejemplo, a la llegada y salida de un hotel, los procesos de check-in y check-out pueden resultar largos y tediosos. De hecho, de media pueden durar entre 10 y 25 minutos. Sin embargo, la biometría puede acortar este proceso y facilitárselo a los huéspedes. Así, se ha desarrollado un novedoso software que permite realizar estos procesos incorporando el reconocimiento biométrico facial de los huéspedes.
Con este avance se consigue identificar a cada cliente de manera 100% online y segura a la vez que otorga al establecimiento una cualidad diferencial frente a otros establecimientos. Su utilización es muy intuitiva para el huésped que, una vez realizada la reserva, recibe una notificación para realizar un sencillo pre-check-in. Debe tomar una fotografía de su rostro y otra de su pasaporte o DNI con su dispositivo móvil y compartirlos con el hotel para que, a su llegada, en los kioscos disponibles en la recepción, comparen esa imagen con una nueva que se tomará in situ. Este proceso se realiza gracias al sistema biométrico de reconocimiento facial, que autentica los datos en menos de cinco segundos. En el propio kiosco o recepción virtual aparecerá toda la información necesaria para su estancia: horario del desayuno, mapa de la ciudad, número de habitación.
Fuente: Cuaderno de Seguridad