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¿Qué tanto impactan en la seguridad las cámaras de vigilancia?

Aunque la estrategia supone un avance en la seguridad, ¿es realmente efectiva para combatir el crimen y reducir la percepción de inseguridad, encopetada entre la ciudadanía?

 Para Juan Carlos Ruiz, profesor de ciencia política, gobierno y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, hay que ver las dos caras de la moneda. Según explicó, las cámaras sirven para dilucidar y esclarecer crímenes, “como sucedió por ejemplo con el asesinato del agente de la DEA en el 2013. Ayudan a identificar a los delincuentes y son prueba fundamental en la judicialización”, sostuvo.

Sin embargo, de acuerdo con el docente, hay investigaciones “con muy buena evidencia empírica” que dicen que sirven muy poco para la vigilancia. 

Para Ruiz, es mucha la inversión y pocos los réditos. “Pueden servir para disuadir, pero temo que los criminales no siempre saben dónde están instaladas o no les interesa mucho”, explicó.

En las cuentas del presupuesto del 2018 de la Secretaría Distrital de Seguridad se estableció que de los 684.000 millones de pesos asignados para este año, 157.000 millones serán para fortalecer el sistema de videovigilancia de Bogotá y a la vez apoyar el desarrollo y sostenimiento tecnológico del C–4, que es donde se visualizan las cámaras de la ciudad.

La entidad aseguró que este proyecto se basó en la reingeniería y modernización del sistema de cámaras que tenía la ciudad, mediante el incremento de capacidades tecnológicas. De hecho, la Administración Distrital explicó que en el 2016, cuando asumieron funciones, la capital contaba tan solo con 377 dispositivos, de los cuales se encontraban en operación 267.

“A través de distintas licitaciones públicas se dejaron instaladas y funcionado el año anterior 1.551 cámaras. Se continuará con la tarea para alcanzar la meta de 4.000 funcionando al finalizar la administración del alcalde Peñalosa, o antes si es posible”, confirmaron en la Secretaría de Seguridad.

Sobre la pertinencia y efectividad de la operación de las cámaras, el Distrito afirmó que son varias las razones que hacen de la iniciativa algo necesario. “La idea general del proyecto es la de tener escenarios controlados por sistemas de videovigilancia que permitan la individualización de personas sospechosas o causantes de un hecho delictivo y a su vez lograr la caracterización de los actores y fenómenos que inciden en la inseguridad de un área específica”, explicaron.

Adicional a esto se priorizaron puntos de la capital en donde más se presentan hechos de inseguridad para ubicarlas allí. También, la Secretaria de Seguridad ha realizado la interconexión de 208 cámaras ubicadas en 100 colegios distritales para que sean visualizadas en los comandos operativos de seguridad ciudadana (Cosec) de la Policía Metropolitana de Bogotá y el Centro Automático de Despacho (CAD), donde se lleva a cabo el monitoreo principal.

En la Administración Distrital creen que las cámaras de seguridad, al contrario de lo expuesto por el profesor Ruiz, funcionan como una herramienta disuasiva que sí disuade al delincuente para no cometer actos delictivos, ya que dejaría el registro fílmico de los hechos ocurridos.

Para el experto en seguridad Hugo Acero, no hay que ver las cámaras como la solución a todos los problemas de inseguridad. Aunque aplaudió la inversión de la Alcaldía –la que considera necesaria dado el atraso de la ciudad en este aspecto–, expuso un caso que deja en evidencia el alcance real de la videovigilancia.

“En Londres (Inglaterra), después del atentado ocurrido, revisaron las cámaras y lograron detectar al delincuente desde que sale de la casa hasta que comete el atentado, pero no lo pudieron evitar”, señaló Acero. La capital inglesa cuenta con unos 10.000 dispositivos distribuidos por la ciudad; es líder mundial.

El experto añadió que el monitoreo debe estar acompañado por una reacción inmediata de la Policía, para lo cual es necesario su fortalecimiento. “Las cámaras son un suplemento técnico importante; lo que pasa es que algunos las han convertido (en panacea) como si solucionaran absolutamente todo. Hay que poner otros elementos que tienen que ver con la respuesta; si no hay carros o motos, pues no va a pasar nada”, sugirió Acero.

Durante el 2017, según cifras de la Secretaría de Seguridad y Convivencia y de la Policía, el hurto a personas aumentó. Así las cosas, entre enero y noviembre del 2016 se realizaron 34.883 denuncias, mientras que en el mismo periodo del 2017 fueron 55.413. Caso contrario se registró con los homicidios; estos sí bajaron en este mismo periodo: en 2016 se registraron 1.265, frente a 1.120 en el 2017.

Así opera esta tecnología

Un sistema de este tipo en una ciudad, explicaron en la secretaría de Seguridad, no se basa solamente en la adquisición de cámaras. Implica tener una infraestructura de red que soporte la operación, la visualización y que facilite el análisis de la información para la toma de decisiones.

Por esta razón, las que se están instalando cuentan con la automatización de procesos de monitoreo, control de vigilancia y el uso de herramientas ‘open source’ de analítica de video, que es la plataforma tecnológica que permite el reconocimiento de objetos, rostros, placas de vehículos, entre otros elementos.

“Es importante resaltar que la integración de las cámaras que serán adquiridas en el marco del sistema de videovigilancia ciudadana serán integradas a través de la red MPLS de la ETB con canales de 4 Mbps que permitirán la trasmisión de video en tiempo real con resolución full-HD”, concluyó la entidad.

Tipo de análisis de video de los dispositivos

– Georreferenciación automática (GIS) de la ubicación de cámaras

– Análisis de eventos

– Paquetes abandonados

– Detección de movimiento

– Control de vehículos

– Control de tráfico

– Seguimiento de individuos

– Aglomeración de multitudes

– Conteo de personas

– Mapeo de zonas de calientes en áreas concretas

– Patrones de comportamiento

– Análisis de contenidos para procesos judiciales