Los retos financieros de la generación del milenio
Así como en su momento se caracterizaron a la generación de la posguerra o a la generación X como grupos demográficos, la generación del milenio presenta características generales que le confieren comportamientos distintivos en muchos temas, diferentes de los que otras generaciones previas habían mostrado.
Se trata, por ejemplo, de una generación que -particularmente cuando hablamos de sectores del nivel de ingreso medio- tiende a presentar una preocupación más relevante sobre temas ambientales y de salud que la que habían presentado generaciones previas. Y estas particularidades de la percepción del entorno se presentan también en temas financieros, lo que representa retos y oportunidades particulares para su vida económica personal y familiar.
Es una generación que entiende que vivirá muchos más años en promedio de los que vivirán sus padres, entendiendo, aunque no completamente su profundidad, las implicaciones que ello tendrá para la vida financiera en la vejez.
Tal como ocurre con otras generaciones, la preocupación sobre ciertos temas no garantiza que cuenten con mejor información o que sean capaces de tomar mejores decisiones de las que otras generaciones son capaces de tomar.
El hecho de que tengan en principio una más clara conciencia sobre la globalidad y relevancia de ciertos temas complejos, que inciden en el bienestar de la sociedad, es un primer paso para ayudarlos a incidir en conductas que mejoren sus hábitos financieros.
Algunas ventajas
Por un lado, se encuentra la evidente ventaja de que su juventud les da un margen temporal sumamente amplio para tomar decisiones que mejoren su perspectiva futura de vida. Este margen es muy reducido cuando hablamos de generaciones de más de 55 años que empiezan a pensar en la construcción de un ahorro patrimonial para su retiro.
Tomando las decisiones correctas, un integrante de esta generación cuenta con por lo menos 30 o 40 años de horizonte de planeación financiera para prepararse para su retiro.
Otra de las ventajas de este grupo es que su nivel de exposición y familiaridad con el uso de la tecnología le conceden posibilidades de información y de uso de herramientas de planeación financiera que generaciones previas no tuvieron.
Nacieron prácticamente usando Internet, están familiarizados con el uso de Tecnologías de la Información y son usuarios frecuentes de tecnología.
Pertenecen además a una generación para la cual el cambio y la innovación son la constante, siendo más proclives a utilizar herramientas o instrumentos novedosos a su alcance. Por ello, este grupo representa una evidente oportunidad para las instituciones financieras que estén dispuestas a crear mecanismos de inversión basados en sistemas tecnológicos modernos que faciliten su acceso.
Uno de los retos que enfrentan es que, dados los cambios demográficos que los llevan con frecuencia a entrar en relaciones de pareja formales más tarde de lo que lo hicieron las generaciones previas, se convierten en una generación que es muy proclive a mantener patrones de compra, lo que afecta su capacidad de ahorro, pese a que se encuentren en rangos de edad donde ya perciben ingresos de cierto nivel de relevancia.
Por ello, aunque también postergan su decisión de tener hijos, ese tiempo ya realizando actividades productivas remuneradas, sin estar casados y sin tener dependientes económicos, no necesariamente es aprovechado cabalmente para iniciar la construcción de un patrimonio.
Si esta generación entiende la magnitud de los retos que tiene por delante, la complejidad de las soluciones que requiere para enfrentarlos y aprovecha sus fortalezas en información y orientación a solución de temas que afectan a la sociedad, tendrá una sólida base para iniciar la planeación financiera que le dé estabilidad a lo largo de la vida.
Fuente : La Republica