Colombia

Los retos después de los bombazos

Los dos atentados del jueves con explosivos contra sedes de Porvenir en Bogotá y la explosión de un petardo panfletario del viernes en la noche no sólo generaron zozobra entre la población, sino preguntas sobre la vulnerabilidad de la ciudad ante actos terroristas a los que no termina de acostumbrarse dos décadas después de haber sufrido la ofensiva criminal de Pablo Escobar. De entrada, por ejemplo, quedó en duda aquella intención que pregonó tan sólo hace dos semanas el comandante de la Policía Metropolitana, general Humberto Guatibonza, de “tratar de blindar la ciudad para que nada suceda”.

Es iluso pensar en la creación de un cerco tan fuerte como para evitar cualquier intromisión criminal de ese tipo, pero los analistas consideran viable mejorar la estrategia de prevención.

Si se habla particularmente de las acciones guerrilleras en la ciudad, María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, apunta que “lo único que funciona es tener bien identificadas las milicias, pero es difícil saber si son milicias. Estas organizaciones a nivel urbano están desestructuradas y cualquier célula está tremendamente camuflada”. Dice que, así las cosas, sofisticar la inteligencia es determinante, además porque nuevos métodos siempre están a la orden del día.

El exsubsecretario de Seguridad y Convivencia de Bogotá, Hugo Acero, recuerda que el método de los terroristas de llamar para anunciar los atentados lo ha usado la Eta en España, y “en el pasado se ha dicho que a las guerrillas las han entrenado grupos separatistas vascos”. ¿Pero qué hacer ante acciones que no sólo tengan que ver con la subversión?

La contribución de los habitantes es vital. Vicente Torrijos, experto en seguridad y defensa, dice que es necesario restablecer las redes de seguridad ciudadana y crear “enlaces entre la vigilancia privada y los comités locales de apoyo”. El propósito de involucrar a la gente de a pie, agrega Acero, es obtener información oportuna.

Articular mejor a Policía, Distrito y Nación es otra necesidad, según Acero, quien asegura que los consejos de seguridad se están haciendo “después de los atentados, y no antes”, lo que disminuiría el riesgo, algo que debe apoyarse en tecnología. Al respecto, el consejero en seguridad John Marulanda considera que es insuficiente la que existe: “Es evidente que Bogotá no tiene suficiente tecnología desplegada para tener un buen funcionamiento alrededor de la seguridad”. Agrega que también debe considerarse la necesidad de crear una secretaría de seguridad. “Acá somos buenos evaluando, pero malos ejecutando, y todo se lo achacamos a la Policía”.

Ahora bien, más allá de aspectos técnicos, una preocupación fundamental debe ser el ánimo de la gente. Poco más de un mes después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, la revista Time se preguntó cómo deben lidiar con el terror los alcaldes de las grandes ciudades, y tras reconocer la dificultad de establecer fórmulas, el análisis sugirió una respuesta preliminar que vale traer a cuento: “Sin importar los planes que las ciudades preparen para afrontar ataques futuros, gran parte del trabajo de los alcaldes es calmar a sus ciudadanos”.

Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), “el terrorismo busca mover la opinión a partir del miedo. Hay que evitar que este miedo se propague masivamente y advertirle a la gente que no caiga en el juego, pero que esté alerta o informe si ve algo sospechoso”.

Y esto requiere, además de organización institucional, una gestión técnica, alejada de pasiones políticas y con un liderazgo claro de actores que generen confianza en los habitantes.

La actual estrategia ante los atentados

En el consejo de seguridad que realizaron las autoridades luego de las explosiones del jueves en la capital, el general Humberto Guatibonza, comandante de la Policía Metropolitana, aseguró que la institución tomó medidas para proteger a la ciudad con más uniformados en las calles, tanto del Ejército como de la Policía, y monitoreos en las entradas a Bogotá.

El general Jorge Alberto Segura, comandante de la Quinta División del Ejército, dijo que para el denominado “Plan candado” se dispuso de más de 2.000 uniformados en la ciudad.

También reiteraron la cifra de $100 millones por información para dar con el paradero de los responsables de los ataques. Además, el general Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional, anunció recompensas de hasta $50 millones por datos que lleven a frustrar actos similares en la capital del país.

También pidieron a la gente que denuncie cualquier acto sospechoso.

Fuente: Elespectador