La tecnología de identificación biométrica y su uso en seguridad.
En lo que se refiere a la tecnología optoelectrónica en el campo de la biometría, se ha hecho mucho hincapié en su papel en el ámbito de la seguridad, particularmente en su uso en sistemas de control de acceso, por ejemplo, en la industria o en los controles de inmigración. Con el aumento de usuarios que efectúan operaciones confidenciales en el sector de la banca electrónica o en compras por Internet a través de dispositivos móviles, la autenticación de usuario resulta esencial. Mientras que las contraseñas se consideran el método de autenticación más vulnerable, se está viendo como los métodos biométricos para desbloquear dispositivos móviles (desde el escaneo de huellas dactilares hasta el reconocimiento facial o el escaneo de iris) aumentan rápidamente en popularidad.
La tecnología biométrica ofrece un elevado grado de seguridad y es fácil de usar, sin embargo, su éxito radica en la aplicación efectiva de componentes optoelectrónicos muy eficientes, diseñados específicamente para aplicaciones de seguridad. El sistema de seguridad identifica rasgos humanos únicos (incluidas las facciones, el iris, las venas de la palma de la mano o los vasos sanguíneos de la retina, así como la voz, las huellas dactilares o palmares, las firmas manuscritas y la geometría de la mano) para compararlos seguidamente con los datos biométricos previamente almacenados de los usuarios autorizados.
Se ha producido un salto enorme en el desarrollo de la tecnología de identificación biométrica basada en diodos emisores de infrarrojos, impulsado por las nuevas posibilidades de construir edificios o crear dispositivos o aplicaciones más seguros y prácticos a la hora de acceder a ellos. El perfeccionamiento de los sistemas de seguridad con los componentes necesarios para esta tecnología es fundamental para la seguridad de todos los usuarios.
Los escáneres de iris, utilizados habitualmente para desbloquear zonas de seguridad en edificios, son más fiables que los sensores de huellas dactilares. Hoy día los últimos smartphones se ponen en marcha con tan solo una mirada. El iris del ojo es único en cada persona, no cambia con la edad y no está sujeto a influencias externas como heridas, y por ello se utiliza en la identificación biométrica. El riesgo de dar acceso a una persona equivocada, lo que se conoce como falsa aceptación, es de una posibilidad entre un millón. Muchos de los intentos que se han hecho hasta ahora para hacer más fiable el escaneo de iris en dispositivos móviles han fracasado por las limitaciones en el consumo eléctrico, las necesidades de espacio y los costes, por lo que solo se podía usar un LED. Los escáneres deben ser de alta calidad, esto es, tener un nivel elevado de contraste. Con todo, las tendencias en miniaturización y las longitudes de onda de 810 nm de la fuente de luz garantizan sin duda la superación de estos retos.
El reconocimiento facial en 2D es otra aplicación de control de acceso biométrico para dispositivos móviles. Como el escáner de iris, éste consiste en iluminar el rostro del usuario con una fuente de luz infrarroja y capturar la imagen con una cámara de IR. El sistema compara seguidamente la imagen con aquellas previamente almacenadas para identificar el usuario a partir de sus rasgos bidimensionales característicos.
Con el avance en el campo del reconocimiento facial, las principales compañías de smartphones ya empiezan a integrar sensores 3D en sus dispositivos. Un informe reciente prevé que el valor del mercado de los proyectores láser de infrarrojos para móviles con sensores 3D podría alcanzar en 2020 los 1.900 millones de dólares.
Para que los clientes y socios se beneficien de las ventajas que ofrece esta tecnología en sus diferentes campos de aplicación, OSRAM, mediante la adquisición de la compañía Vixar, incrementa su gama de productos de tecnología de infrarrojos para aplicaciones de seguridad con soluciones VCSEL (láser de cavidad vertical y emisión superficial).
Fuente: Interempresas.