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La sociedad civil debe generar el cambio hacia mayor transparencia

Uno de los mayores anhelos de las personas de bien es que la transparencia a nivel global aumente, aunque parece ser una utopía, Transparencia Internacional ha publicado su Índice de Percepción de la Corrupción 2021, que mide los niveles de percepción de la corrupción en el sector público en 180 países y territorios de todo el mundo, entre los resultados, dos tercios de los países han obtenido una puntuación inferior a 50, con una media mundial de 43, que se mantiene sin cambios por décimo año consecutivo, es decir que 131 países no han hecho ningún progreso significativo contra la corrupción en la última década, lo que en realidad nos muestra es que pareciera no existir un decido compromiso real para lograr cambios significativos, se hace fundamental poner en marcha iniciativas que fortalezcan la transparencia, la integridad y la rendición de cuentas principalmente en las instituciones públicas, de lo contrario, los progresos se esfumarán rápidamente.

La lucha contra la corrupción se ha convertido en motivo de búsqueda de beneficios personales, y eso lo vemos marcado especialmente en épocas pre y electorales, los políticos se apropian en campaña de la lucha contra la corrupción, diseñando estrategias para acabarlas y al final termina siendo un fiasco completo.

Las ciencias sociales definen la corrupción bajo un efecto paraguas, simplemente para demostrar la gran complejidad que esto representa, sin embargo el concepto más antiguo indica “decadencia”, en términos filosóficos, platónicos, donde el poder corrompe al hombre y es el hombre el que termina utilizando el poder para un beneficio personal y egoísta versus un beneficio común, empíricamente es muy difícil definir que es corrupción porque es un fenómeno multifactorial, pensemos por un momento que puede ser una red de actos individuales o colectivos, comportamientos legales o ilegales, que actual simultáneamente y a lo largo del tiempo de una forma organizada y sistemática para llevar a cabo un acto o diversos actos de corrupción. Entre la basta literatura académica y política se destacan tres enfoques para definir la corrupción como son:

  1. Forma Normativa
  2. Características y magnitud
  3. Fenómeno social

Desde el punto de vista normativo se contemplan conductas de tipo ilegales categorizadas por ejemplo tráfico de influencias, cohecho, peculado, desvío de recursos públicos, enriquecimiento ilícito, soborno, por nombrar algunas, que son las formas como los servidores públicos pueden extraer recursos para su propio beneficio, o también usar el poder para favorecer a sus amigos o familiares, pero los actos de corrupción se componen de actos legales e ilegales y por eso la ciencias sociales ha creado categorías para definir la magnitud de la corrupción como son:

  • Gran Corrupción
  • Corrupción Estructural
  • Corrupción Sistémica o Endémica
  • Pequeña Corrupción
  • Rentismo
  • Clientelismo

En cuanto al fenómeno social como son por ejemplo el hurto de recursos públicos de manera organizada dentro de las instituciones de gobierno, distribución de programas sociales a cambio de votos o apoyo electoral.

La definición de corrupción más operativa y utilizada son la del Banco Mundial y de Transparencia Internacional que habla de la corrupción como la utilización del poder para un beneficio personal y esta definición tiene una connotación adicional filosófica muy antigua pero que funciona actualmente para poder entender básicamente de que se entiende cuando se habla de corrupción. Sin embargo, los esfuerzos por definir y comprender que es la corrupción deben ir mucho más allá de una idea filosófica o de un concepto teórico, necesitamos construir modelos cualitativos, cuantitativos y estadísticos que nos permitan entender la corrupción desde sus orígenes, desde sus causas, desde la forma que podemos modelarla, prevenirla, predecirla y ese es un gran reto.

No olvidemos el triangulo de la corrupción donde encontramos un primer componente como es la PRESIÓN, por lo general ejecutado por factores como son las organizaciones criminales que luego de haber permeado la voluntad del corrupto, quien mientras este motivado funcionara en esa asociación criminal, pero llegado el momento de tratar de retirarse, terminan por lo general extorsionados. Otro factor de la presión lo tenemos en el modus vivendi del corrupto, la misma sociedad le termina exigiendo tener un tren de vida que se alcanza producto de los beneficios ilegales obtenidos y esto los obliga a cada vez vivir esclavos de esta presión. El segundo aspecto del triangulo lo tenemos en la RESPONSABILIDAD, que por lo general se plantean desde las fallas de integridad pública, este factor esta correlacionado con la cultura de probidad, que desafortunadamente se ha traslado solo al papel, porque en la práctica no existe, esta responsabilidad se da en la falta de liderazgo, formación, capacitación, entrenamiento y sobre todo en el ejemplo.

El tercer aspecto se da en la OPORTUNIDAD que tiene el corrupto producto de las fallas en los procesos, procedimientos, además de las deficiencias de los controles y transparencia en la información que sirva de trazabilidad para demostrar sus actuaciones.

La problemática de la corrupción debe estar en el espectro de amenazas de todos responsables en las organizaciones, en este sentido, las capacitaciones en temas vinculados a evitar la corrupción le brindan una visión amplia del contexto delictivo y le proporcionan herramientas para gestionar los riesgos de pérdidas intangibles. Además, aportan valor agregado a la organización al aumentar la cantidad de personas abocadas a la lucha contra estos flagelos y, por lo tanto, se logra mayor eficiencia al momento de diseñar estrategias y tomar decisiones. Brindan otras perspectivas en la lectura y en el uso de información generada por los medios tecnológicos a disposición. Posibilitan crear canales de denuncias y brindar asesoramiento a cualquier colaborador en relación con el tema. Proporcionan los conocimientos para dirigir o ser parte de las investigaciones en relación con la problemática. Aportan las herramientas para poder liderar otro tipo de estructuras relacionadas a la prevención de pérdidas y de gestión de riesgos.

La tendencia internacional o por lo menos regional hacia mayor transparencia puede generar presión de pares o por lo menos demostrar que no se perderán negocios porque los mismos requisitos se establecen en todos los países. Para evitar free riders, los países que implementan mejoras de transparencia deben presionar a que los demás hagan lo mismo, para que otros no abusen de su oferta de secreto. Así se genera un ciclo virtuoso donde todos cooperan para que nadie reduzca su transparencia.

Para Concluir

131 de 180 países por más de una década no han tenido progresos en la lucha contra la corrupción, su transparencia está por debajo de la media, es una señal inequívoca que la transformación no llegara de los poderes públicos mientras no exista un medio de presión que los lleve a cumplir con sus roles de manera eficaz, es ahí donde la sociedad civil debe imponerse como el factor de cambio, el evitar que los políticos de turno quieran adueñarse de una lucha como es la de la corrupción cuando la inmensa mayoría son parte del problema y cuya intención es un beneficio personal y no general. Seremos factores de cambio cuando comprendamos el daño que causa la corrupción, concienciarse de la importancia de la transparencia, cuando asumamos nuestra responsabilidad de buscar una mejor sociedad para esas futuras generaciones, acabar con la decadencia en la que nos hemos visto por culpa de los corruptos.

Fuente: CARLOS ALFONSO BOSHELL NORMAN