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INCLUIR A MÁS MUJERES, EL OTRO RETO EN CIBERSEGURIDAD

Ha sido un tema altamente comentado durante años: la brecha de habilidades en ciberseguridad, no hay suficientes talentos especializados y existe una oferta crítica de vacantes en este ramo. Esto se está convirtiendo en un reto de tal magnitud que es incluso, parte de la Estrategia Cibernética Nacional del Gobierno de los Estados Unidos, por ejemplo. 

El hecho más sorprendente de este desafío es que no siempre es claro cómo obtener un trabajo en el campo de la ciberseguridad. ¿Quieres ser electricista? Acude a la escuela técnica. ¿Quieres ser un doctor? Inscríbete a la Facultad de Medicina. ¿Abogado? Estudia Derecho, comprométete con tu carrera y pasa el examen de acreditación.

Pero buscar futuro en ciberseguridad no suele ser una línea recta, en especial para los nuevos en el sector. Hay muchos caminos que tomar, pero están constantemente marcados por la complejidad y la incertidumbre.

Para el 2018, existían más de 300 mil vacantes en puestos de ciberseguridad, tan sólo en los Estados Unidos, incluso se ha predicho que esta brecha de habilidades podría ampliarse hasta alcanzar 3.5 millones de trabajos en 2021, un desequilibrio significativo en términos de oferta y demanda, un dramático desafío para uno de los sectores con riesgos más graves. La creciente disparidad abre la puerta a todo tipo de postulantes: candidatos de nivel básico, profesionales experimentados, migrantes de otras carreras y ejecutivos por igual.

Otro de los muchos motivos que cada vez cobra mayor relevancia y que han fomentado la brecha de talento en ciberseguridad es la disparidad de la industria en términos de género. Datos de los últimos años estiman que las mujeres comprenden 11% de la fuerza laboral en ámbitos cibernéticos. Nuevas fuentes indican que las mujeres representan 20% del campo, una mejora considerable. Pero se requieren todavía más cambios para alcanzar un equilibrio adecuado.

 

APOYO DEL GÉNERO

Afortunadamente, las organizaciones en pro de la mujer están aumentando rápidamente. Eventos, conferencias y becas han sido creadas alrededor del mundo para empoderar a las mujeres a prepararse en carreras de ciberseguridad.

La realidad de América Latina representa aún más retos, antes de pensar siquiera en la ciberseguridad como una especialización, hay asuntos más importantes como el simple hecho de reducir el desempleo a nivel regional. De acuerdo con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) la tasa de desocupación promedio de la región bajó de 8.1% en el año 2017 a un estimado de 7.8% con el que cerró 2018. Además, son noticias positivas los indicios de crecimiento del empleo asalariado, así como del nivel de las remuneraciones.

Pero también es verdad que, en un contexto de crecimiento económico lento, la mejoría en la tasa de desocupación ha sido modesta. 

El estudio también señala que, en el caso de las mujeres, el informe dice que su participación laboral mantiene su tendencia al alza. En 2016 pasó de 50% y en el tercer trimestre de 2018 registraba 50.3 por ciento, ese es un indicio de que la brecha de género tiende a disminuir, aunque es necesario recordar que éste es un tema pendiente pues aún hay más de 20 puntos porcentuales de diferencia con los hombres.

En cuanto a la tasa de desocupación femenina, llegó a 10% en el tercer trimestre de 2018. Este indicador es persistentemente más alto que el de los hombres, que registraba 7.3 por ciento, en el mismo periodo.

La buena noticia es que la ciberseguridad representa una lucrativa ruta profesional para aquellos interesados en tecnología, cómputo, ingeniería, arquitectura de redes y en la Nube, administración de TI (Tecnologías de la Información), desarrollo de software, inteligencia de riesgos y forenses de ciberataques. 

Mientras que los salarios dependen en gran medida de las habilidades, industria y región, los sueldos en el sector de ciberseguridad pueden fácilmente exceder los 200 mil dólares al año. Esto se logra, particularmente, cuando los profesionales empiezan a dirigir SOCs (Centros de Operaciones de Seguridad) completos o migran a posiciones ejecutivas, como jefe de Seguridad (CSO, Chief Security Officer) o jefe de Seguridad Informática (CISO, Chief Information Security Officer).

Pero hay oportunidades para muchos profesionales, especialmente aquellos que pueden ser entrenados y son adeptos a la resolución de problemas.

 

 

Fuente: www.seguridadenamerica.com.mx