El Usuario Legítimo de las Armas de Fuego
Tiene el derecho a portarlas para su defensa
Muy atentos hemos estado realizando el seguimiento a los eventos criminales que se vienen desarrollando en diferentes ciudades de nuestro país, especialmente el homicidio mediante la modalidad del sicariato, lesiones producto de impactos de proyectiles que provienen de las armas de fuego, heridas por armas cortopunzantes, contundentes, entre otros, producto de la acción de los delincuentes en la búsqueda de conseguir sus objetivos en esas economías delictivas. (El Usuario Legítimo de las Armas de Fuego)
Revisábamos las estadísticas de estas acciones en el mes de enero, nos presentan disminuciones en el numero de casos presentados disminuyo, pero la verdad reiteramos lo que hemos planteado con anterioridad que la métrica de seguridad empleada no es la más adecuada, ya que se pretende hacer creer a la sociedad que las cosas están mejorando, cuando seguimos mostrando cifras negativas, sin tener metas claras, objetivos realizables y comprobables.
Fabricar e introducir Armas
No debemos perder de vista que uno descripción de seguridad la definimos que es “Un estado mental de ausencia de incertidumbre”, cuyo resultado es el bienestar de las personas, el desarrollo de las vidas con el conocimiento de lo que puede suceder, para anticiparse a la materialización de un riesgo que nos pueda hacer daño. Esos objetivos no se deben perder de vista. Para contextualizar esta reflexión quiero recordar que la Constitución Política de Colombia, en su título I, que nos habla de los principios fundamentales, que en su artículo 2°. Son fines esenciales del Estado: entre otros, “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”, también el articulo Artículo 223 que nos indica que “Solo el Gobierno puede introducir y fabricar armas, municiones de guerra y explosivos. Nadie podrá poseerlos ni portarlos sin permiso de la
autoridad competente”. (El Usuario Legítimo de las Armas de Fuego)
Prohibición del porte de las armas de fuego (2016)
En el 2016 se inició la prohibición del porte de las armas de fuego, sin embargo, en el último lustro, decisiones políticas han restringido al USUARIO LEGITIMO DE LAS ARMAS el que las pueda portar, bajo el argumento que están “SALVANDO VIDAS”. (El Usuario Legítimo de las Armas de Fuego)
Estadísticas Medicina Legal
Y son las mismas estadísticas que nos entrega el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses: Estadísticas, que nos indica que en los años 2020 en el año 2021 se presentaron 11.014homicidios, en el año 2021 se presentaron 13.032 homicidios, en el año 2022 se presentaron 13.341 homicidios y en el año 2023 se presentaron 14.033 homicidios, y la pregunta que surge es ¿la medida de la restricción al porte de las armas de fuego a los usuarios legítimos cuantas vidas ha salvado?
Porque al analizar las cifras en el año 2020 cuando se presenta esta medida es notorio el incremento al año siguiente (2021) se presentó un incremento de 2.327 más, cifras que se han mantenido en alza, entonces podemos inicialmente concluir que esta prohibición nos muestra dos aspectos:
- Si, se supone que la restricción de las armas de fuego al porte de los usuarios legítimos buscaba salvar vidas de las personas integras, honestas, de bien, ha sido un fracaso, las cifras han ido aumentando año tras año, lo que dicha estrategia se queda sin fundamento.
- Si el usuario legitimo de armas de fuego no las puede portar, significa que los homicidios presentados en su gran mayoría se presentaron con armas de fuego ilegales, las cuales a pesar de que su porte es un delito, el alcance del estado por prohibirlo es casi nulo, las incautaciones son ocasionales y es comprensible ya que no es un delito de alto impacto, por lo tanto, termina siendo una estrategia ambigua y no coherente.
Con este contexto entremos a la hora de afrontar la problemática de las armas de fuego, la primera pregunta que debemos formularnos es, ¿Qué son y para qué sirven? Seguramente, algunos responden casi que automáticamente que su concepción obedece al deseo de infringir daño a personas o bienes materiales, que
son las armas la que quitan la vida. Y otros añadirán que ofrecen seguridad a sus poseedores para defenderse de posibles ataques externos. Es, en ambos sentidos, cuando surge el problema de abordar qué son las armas.
¿Pero, qué son las armas?
Para el Usuario Legitimo de las Armas de Fuego, son todos aquellos instrumentos, medios o máquinas que sirven para defenderse, protegerse ante un inminente ataque que comprometa su integridad o a terceros que se puedan ver afectados. El vocablo arma procede del latín, “armus, arma, armi”, que significa brazo y arma, como sucede con la palabra inglesa arm. Se comprende, efectivamente, que la primera idea de arma se confundiese con la de brazo supletorio o prolongación del propio brazo del que la usaba.
¿Cómo surgieron las armas, por qué existen y cómo han influido en la Historia de la Humanidad?
Nacieron de la necesidad que tuvieron nuestros más remotos antepasados de protegerse de los ataques de los animales y de los de sus propios semejantes. No nos cabe duda de que las armas y la creación del fuego a voluntad, fueron los instrumentos más importantes de la historia del hombre.
¿Podemos equiparar al delincuente con el usuario legitimo de las armas de fuego por que utilizan la misma herramienta?
La respuesta es un NO rotundo.
La comisión de un delito requiere la conjunción de tres factores: 1) el componente volitivo, es decir, querer delinquir, 2) el componente cognitivo, que se refiere a los conocimientos técnicos que prescriben el procedimiento necesario para la ejecución exitosa del delito, y 3) el componente de control emotivo, es decir, la capacidad para regular las emociones en momentos álgidos de la ejecución del delito. Si estos tres
componentes se encuentran presentes en la ejecución de un delito, y este sujeto tiene un arma de fuego aumenta la probabilidad de que éste sea exitoso.
Después de la ejecución de actividades de apoyo, la característica más importante de la segunda etapa de la formación de un delincuente consiste en el aprendizaje de técnicas y conocimientos avanzados con el fin de cometer delitos más rentables, con lo que se espera que la mayor pericia exigida por estos crímenes esté
acompañada por una mayor remuneración. Así como en el aprendizaje de cualquier oficio, en el proceso de enseñanza-aprendizaje criminal se pueden identificar dos aspectos; el primero, correspondiente a la parte teórica de la cuestión, y el segundo a la parte práctica. El primero se desarrolla, en la mayoría de los casos, mediante ilustraciones de técnicas ejecutadas por “expertos”, que luego son comentadas al interior de la organización criminal; el segundo puede estar compuesto por simulacros o por la comisión de crímenes que requieran aplicar lo aprendido. Conviene tener en cuenta que en esta segunda etapa el criminal no posee suficiente control emotivo, por lo cual los crímenes cometidos por ellos suelen ser muy violentos. Lo anterior nos permitiría explicar el hecho de que la probabilidad de lesiones a la víctima aumente cuando el delito es cometido por un delincuente en la segunda escala evolutiva y peor, con un arma de fuego.
En cuanto al Usuario Legitimo de las Armas de Fuego sucede todo lo contrario.
Es interesante escuchar comentarios de personas que muy rápidamente satanizan las armas de fuego, muchas veces, con un desconocimiento real del contexto en que vivimos, frases como “estamos en una sociedad violenta y armar a las personas agravara la situación”, si revisáramos la historia de la humanidad, aunque no pareciera, estamos viviendo el momento menos violento (guardando las proporciones) de nuestra existencia, las guerras, las violaciones de derechos, el homicidio antes, era más intenso y con mayor impunidad. La sociedad no busca armarse para vengarse de los bandidos, de los criminales. Lo que buscamos los usuarios legítimos de las armas de fuego, dependiendo el caso, aplicar el uso progresivo de la fuerza, y como ultimo recurso emplear el arma de fuego para proteger la vida.
Las Armas no Matan…
Hace más de 37 años estuvo en mis manos por primera vez un arma de fuego, mis instructores de tiro en mi hermosa Policía Nacional nos enseñaron que “LAS ARMAS NO MATAN, SON LAS DECISIONES DE LOS SERES HUMANOS LAS QUE LO LLEVAN A COMETER”, al tener el privilegio que el estado me brindaba de poder pórtalas para salvaguardar la vida, la honra y los bienes de las personas tenia una gran responsabilidad, inicialmente conmigo, con mi familia y con la sociedad. Queremos referirnos a una frase del Doctor Cecilio Andrade que encierra la filosofía del usuario legítimo de las armas de fuego “DESENFÚNDAME CON RAZÓN Y ENFUNDAME CON HONOR”
Nosotros que portamos las armas de fuego como legítimos usuarios, no salimos con la intención de lesionar a nadie, de causarle daño, de hacer el mal, eso lo hace el bandido, el delincuente, para eso es que usa un arma de fuego, nosotros la usamos para defendernos, para defender nuestras familias.
Asociación Comité Técnico de Armamento y Tiro – CTAT
Existe en nuestro país una Entidad Sin Ánimo de Lucro denominada Asociación Comité Técnico de Armamento y Tiro – CTAT- cuyo presidente es José Luis Ramírez y sus integrantes desarrollan principios y valores éticos que guían su conducta profesional, fomentando la integridad, la transparencia, el respeto y la responsabilidad en todas sus actividades relacionadas con el armamento y tiro. En el contexto de la práctica del armamento y tiro, esto se traduce en la promoción de prácticas seguras y responsables que minimicen los riesgos para la seguridad y la integridad física de las personas. Los miembros de la asociación deben estar comprometidos con la seguridad y la prevención de accidentes, y actuar con prudencia y responsabilidad en todas sus actividades relacionadas con el armamento y tiro.
El CTAT es un buen referente que nos puede ayudar a comprender la esencia, la formación, el fortalecimiento de competencias, los principios y valores de ese usuario, el apoyo a las autoridades y medios de comunicación. La sociedad no debería temer que los usuarios legítimos de la armas vuelvan a portarlas, son los delincuentes quienes deben saber que la sociedad esta cansada de la impotencia que tiene ante su accionar, y queros dejar claro que la culpa de la situación no es de la Policía Nacional, por el contrario, ellos con las capacidades reducidas intentan contenerlos, la culpa inicialmente es de los delincuentes que salen a causar daño, temor entre las personas, políticas de estado débiles, incoherentes para enfrentarlos.
No puede ser que como sociedad comparemos el uso del arma de fuego de la misma manera entre un delincuente con un usuario legitimo.
Para Concluir.
Mantener decisiones políticas de restricción para el porte de las armas de fuego, bajo el argumento de salvar vidas, cuando realmente eso no funciona y que más bien se hace es por una métrica en seguridad obsoleta e ineficaz, por controlar un delito de alto impacto se elimina la posibilidad de nivelar la oportunidad de la defensa.
Fuente: CARLOS ALFONSO BOSHELL NORMAN