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¿Cómo se producen los residuos de disparo?

Cuando se produce un disparo, el proyectil o proyectiles se proyectan a través del ánima del arma, a la vez que los productos originados en la explosión de la pólvora son despedidos a gran velocidad hacia adelante y hacia atrás mezclándose con los compuestos resultantes de la descomposición del fulminante al ser percutido. Este fenómeno permite el análisis químico de los objetos que se hallan en el curso de los componentes fijos de la pólvora y del fulminante al ser proyectado hacia el frente o sectores posteriores.

El estudio de residuos de disparo, nos va a ayudar a dar respuesta a los principales interrogantes que se presentan en la balística.

¿A qué distancia se realizó el disparo?
¿Quién realizó el disparo?
¿Dirección del disparo?

 ¿A qué distancia se realizó el disparo?

Para dar respuesta a este interrogante, centraremos nuestros estudios en los elementos originados en la explosión de la pólvora y en la descomposición del fulminante al ser percutido, expulsados hacia adelante junto al proyectil/es.

¿Pero qué elementos se originan en la explosión de la pólvora?

La pólvora constituye la mezcla explosiva que comunica su fuerza de propulsión al proyectil. Pero puede obrar también sobre el blanco por sus productos de combustión, siendo estos:

Gases de explosión.
Llama.
Granos no quemados.
Humo negro.

Gases de explosión.

Estos, no intervienen cuando tienen plena libertad de expansión. Es decir, que solo actúan en los disparos en que la boca del cañón contacta con el blanco (disparos a boca de jarro) o cuando el disparo se hace en una cavidad cerrada, por ejemplo en la boca.

Los destrozos que producen los gases de la explosión se hallan en razón directa con la carga de la pólvora, de la potencia del arma y de la dirección del tiro.

Por efecto de los gases de explosión se explican los destrozos que causan los disparos en la boca (suicidios), saltando en pedazos las mejillas, el esqueleto de la cara y el cráneo.

Se denomina Viento Balístico a la pequeña cantidad de gases que precede al proyectil.

Cuando realizamos un disparo, la aguja percutora golpea sobre la cápsula iniciadora, esta produce una llamarada que provoca que arda la pólvora, y de este modo, se producen los gases que dan presión al proyectil. Estos, aunque una mínima parte, adelanta al proyectil en su vuelo por el cañón. Esta pequeña cantidad de gases son los primeros en abandonar la boca del cañón, creando una cierta depresión en la parte de la atmósfera inmediatamente delante de la boca de fuego, por lo que facilita la entrada del proyectil en el aire .

Llama.

Un cono de llama, procedente de la deflagración de la pólvora sale del cañón durante el disparo.

El alcance de este cono es escaso (salvo en los fusiles de avancarga, donde la llama coincide con la longitud del cañón, debido al uso de la pólvora negra) por lo que su acción se manifiesta pues, solamente a corta distancia, sobre todo en los revólveres. Las pistolas, con munición cargadas con pólvoras piroxiladas, apenas dejan salir llama por la boca de fuego.

La llama actúa sobre la piel, los pelos y los vestidos de un modo ligero por lo común, pero puede causar quemaduras extensas en vestidos de fibras sintéticas.

Granos de pólvora no quemados.

Los granos de pólvora que no han llegado a arder, salen del cañón formando un cono también de escaso alcance, por tanto no habrá sino a corta distancia. Estos granos se incrustan en la piel y se dibujan en ella, dando una figura cuya forma y dimensiones corresponden exactamente a las de la base del citado cono en su inserción con el plano del cuerpo que sufre el disparo.

En esta figura la forma y el diámetro es variable según el plano en que incida, ya que si el disparo es perpendicular será circular, siendo en cambio semicircular y oval en tiros oblicuos.

Depósito negro de humo.

En los disparos a boca de jarro o quemarropa el humo produce un depósito, separable por el lavado, cuyo color es el de la pólvora, es decir, negro cuando se emplea la pólvora negra y gris verdoso con las piroxiladas.

Puede enmascarar o difuminar el resto del tatuaje, puede hacerse desaparecer por el lavado suave con agua.

Algunos lo denominan como “anillo de suciedad” ya que aparte del negro de humo de la pólvora, puede estar compuesto de las partículas de oxido, aceite, plomo, etc que la bala arrastra.

Una vez que conocemos los productos originados en la explosión de la pólvora podemos resolver con relativa precisión a que distancia se realizo el disparo, limitándonos en la practica a distinguir cuatro variedades de disparo, con acusados caracteres diferenciales, siendo estos:

Disparo a bocajarro.
Disparo a quemarropa.
Disparo a corta distancia.
Disparo a larga distancia.

Disparo a boca de jarro

Es el que se realiza con la boca del arma en contacto con la piel. Viene definido por la violencia de las lesiones y, especialmente por los estallidos y arrancamientos cutáneos producidos por los gases, que originan en conjunto la herida en boca de mina Hoffmann, ennegrecida por la pólvora.

En este punto hay que decir que las nuevas tendencias aceptan hasta 1 cm para el término «boca de jarro”. El cuerpo nacional de Policía sigue este criterio.

En ocasiones un proyectil de alta velocidad, disparado por un arma larga puede causar un orificio de entrada que asume una forma estrellada, que recuerda la de los disparos a boca de jarro de los proyectiles ordinarios. Ahora bien, al examinar con atención el orificio se observa que no tiene caracteres de tipo explosivo, ni efectos secundarios propios de aquellos disparos: quemadura, tatuaje, dentro del orificio

Disparo a Quemarropa

Es el realizado a una distancia no superior al alcance de la llama, es decir, entre 1 y 3-4 cm, pero a veces puede llegar hasta los 10 cm. En consecuencia, el orificio de entrada estará rodeado por una cintilla de contusión y un tatuaje denso y ennegrecido, comprobándose sobre su superficie los efectos de la quemadura por la llama. Son especialmente demostrativas las alteraciones de los pelos.

En las armas antiguas y con las pólvoras negras este tipo de disparos se identificaba aún a distancias bastantes considerables.

Actualmente es muy raro ver los efectos de la llama sobre la epidermis, ya que las pólvoras modernas arden mas rápida y completamente.

Se incluyen en esta denominación los realizados a distancias inferiores al alcance de los elementos integrantes del tatuaje. (Quemadura, granos de pólvora no quemados, deposito de humo).

Vendrá pues, definido por la presencia de éste alrededor del orifico de entrada. En las armas antiguas con pólvora negra llegaban hasta los 1,5 metros del arma, en las actuales, con munición cargada con pólvora piroxilada, no sobrepasa los 60 o 70 cm en los casos más favorables. En las armas largas puede llegar hasta 1´50m.

Como los componentes del tatuaje, por su diferente densidad, tienen un alcance distinto, habrá variaciones en su aspecto, en dependencia con la distancia, aprovechables para determinar ésta.

Se toman en consideración a modo especial, la anchura del tatuaje y la separación entre sus elementos, así como que haya desaparecido ya algunos de ellos de menos alcance, por ejemplo, el humo.

Disparos a Larga distancia

Están incluidos en esta variedad todos los disparos hechos a distancias superiores al alcance de los elementos que constituyen el tatuaje, por lo que se caracterizan morfológicamente por este carácter negativo : Ausencia de tatuaje.

Pero en toda la gran extensión comprendida como “larga distancia”, no se pueden hacer más precisiones: la misma herida puede ser producida por un disparo hecho a un metro que a 500 metros, e incluso más lejos si el arma tiene suficiente alcance. En estas heridas encontramos el orificio de entrada rodeado por la cintilla de contusión, sin ningún otro elemento más. Por lo tanto, dependiendo del arma, si es corta o larga, la larga distancia irá desde los 60 cm a más de 1´50.


Por tanto, la presencia de Bario en el orificio, en la piel indemne, o en las ropas que atravesó el proyectil, nos dará la certeza de que el disparo se realizó a un máximo de +/- 30 cm, que es la distancia aproximada límite a la que llega el Bario expulsado del fulminante.

También debemos de tener presente que no todos los fulminantes generan Antimonio, Bario y Plomo, por eso también algunos laboratorios estudian la presencia del mercurio, que también solo esta presente en el fulminante, y el alcance de este es de +/- 45/60 cm.

Incluso algunos laboratorios estudian la presencia del cromo, este procede de los elementos correctivos añadidos a algunas pólvoras que alcanza aproximadamente los +/- 40 cm