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Cómo prevenir las adicciones

Las políticas para prevenir el consumo de drogas

El reconocimiento de la multicausalidad de las drogodependencias, los múltiples factores que condicionan el consumo de drogas (características personales, oferta de sustancias, características farmacológicas de las mismas, determinadas variables familiares y del entorno social, etc.) y su enorme complejidad determinan que no existan estrategias sencillas para su prevención.

En consecuencia las políticas dirigidas a la prevención del consumo de drogas deben reunir la integralidad de factores que permitan, desarrollar acciones selectivas para grupos sociales, y especialmente para aquellos mas vulnerables, considerando las circunstancias que actúan estimulando o facilitando el uso de drogas (factores de riesgo) y promover aquellos otros factores, como la información, la educación, las competencias personales o sociales, o determinados valores, etc., que actúan impidiendo o disminuyendo los mismos (factores de protección) haciendo a los individuos menos vulnerables al consumos de drogas.

Este planteo exige de todos los que trabajamos en este tema, un fuerte compromiso y formación, promoviendo el conocimiento para sustituir al prejuicio, y la comprensión para asumir la corresponsabilidad que nos plantea la problemática.

 

Los programas de prevención del consumo de drogas

El de consumo de drogas es un problema complejo, serio y preocupante que así como no responde a una causa única, tampoco puede ser resuelto desde una única perspectiva.

Es así que podemos centralizar como vectores de orientación en la planificación de los programas preventivos, esencialmente en tres:

1. La necesidad de impulsar políticas de prevención integrales, que incorporen actuaciones considerando las políticas en reducción de la oferta como de la demanda de drogas y que incidan en forma coordinada sobre diferentes sectores de la población.

2. La educación como herramienta de la acción preventiva. El uso de drogas constituye un fenómeno con un marcado carácter social, que no puede desvincularse de otros fenómenos y dimensiones sociales y que esta íntimamente ligado a valores dominantes, a las formas de organización social, etc.

3. El necesario rigor técnico y científico que debe tener cualquier actuación preventiva.

Es acorde a todo lo anteriormente expresado que se hace necesario destacar la importancia que asume el modelo teórico a la hora de planificar y desarrollar programas y acciones preventivas, pero esta elección no es sencilla por lo cual se merece un apartado especial .

Los modelos teóricos de prevención del consumo de drogas

La elección de un modelo teórico es muy importante para el inicio de la planificación La función que un modelo teórico aporta es de señalar los aspectos claves para trabajar, por lo tanto la elección se convierte en un requisito metodológico importante.

Pero la selección del modelo teórico no es tan simple y clarificada.
Como señala Becoña: “en el campo de las drogodependencias nos vamos a encontrar con dos hechos. El primero es que disponemos de gran número de teorías, algunas contrapuestas, algunas complementarias, para explicar el mismo fenómeno, pero no siempre a partir de ellas se han elaborado programas de prevención. La segunda realidad que se dispone de buenos programas que no se han detenido en una adecuada o minuciosa elaboración de las bases teóricas de las mismas, dado su buen funcionamiento y por tener menos interés en la base teórica que en los resultados.
Probablemente el punto medio esta en tener buenos programas preventivos que se puedan explicar desde modelos teóricos adecuados”.

Criterios para seleccionar un modelo teórico

 
En un intento de definir modelos que integren medidas concretas basadas en marcos teóricos, se pueden establecer algunos modelos para seleccionar las intervenciones.

Estos modelos se desarrollaron básicamente en dos líneas que no son excluyentes: El de los programas de entrenamiento en habilidades generales de resistencia a la presión y oferta externa de droga y actualmente en reforzar destrezas personales como fórmula de disminuir la vulnerabilidad ante los riesgos del consumo.

Ambos modelos consideran

– La intervención con clara vocación practica.

– Se otorga protagonismo a los sujetos receptores de la intervención, siendo el objetivo la persona y las actuaciones preventivas que se ejecuten.

– Están formulados en positivo. Esto, que parece pequeño, imprime un sello como filosofía de trabajo. La apuesta por una línea positiva significa avanzar en los modelos preventivos dentro del marco conceptual de la reducción de la vulnerabilidad hacia el consumo de drogas, fortaleciendo factores protectores, giro significativo ya que hasta ahora se ponía más atención en los factores de riesgo y en la tendencia a aminorar su existencia .

Destacando este punto considero importante ampliar este tema., aclarando que cuando hablamos de consumo de drogas, no hablamos de “causas”, sino de “factores de riesgo”. El concepto de “causa” hace referencia a explicaciones lineales y necesarias: dada una causa se produce necesariamente el efecto correspondiente.

En determinados ámbitos de investigación sobre el consumo de sustancias se conserva todavía este planteo: se busca la “causa” (y algunos hasta pretenden haberla encontrado)

El concepto de “factor de riesgo”, por el contrario, está ligado a un planteamiento multideterminista de los fenómenos: estos “surgen” como resultado de un campo de variables que puede ser muy amplio.

No es necesario que coexistan todas las variables, y el efecto de cada una de ellas puede verse compensado por el peso del resto, así como de los llamados “factores de protección”. Hay, pues, que pensar “todo a la vez”.

Los “factores del riesgo” y los “factores de protección” son diferentes. No se trata de extremos del mismo continuo. La ausencia de un factor de riesgo no es un factor de protección.

Los factores de riesgo se potencian unos a otros. Cuantos más factores de riesgo existan, mayor será el riesgo resultante. Lo mismo ocurre con los factores de protección.

Existen factores de riesgo diferentes para las distintas drogas, porque las motivaciones para el consumo de unas u otras son muy diferentes.

La intensificación del consumo suele provocar a menudo una intensificación de los factores de riesgo. Así, por ejemplo, el consumo elevado de alcohol suele propiciar el incremento de problemas de distintos tipos, que constituyen factores de riesgo para beber más.

Algunos factores de riesgo tienen un tiempo de incidencia prolongado, mientras que otros inciden especialmente en determinadas edades. Así, el factor “vulnerabilidad a la presión de grupo” tiene una importancia máxima en torno a los 15-16 años y a partir de ahí empieza a declinar; otros, como las relaciones familiares o la agresividad, tienen un efecto más continuo.

Muchos factores de riesgo no son exclusivos del consumo de drogas, sino que son comunes a distintas conductas problemáticas, como las relaciones sexuales no seguras, el fracaso escolar o la delincuencia juvenil, considerando además, que algunas de estas conductas constituyen a su vez factores de riesgo del consumo de drogas

Fuente: Foro de Seguridad